miércoles, 2 de enero de 2013

Capítulo Veintiuno. (MARATÓN)



 ¡Hola chicas! Feliz año nuevo a todas. :3 ¿Qué feksdj tenía que deciros? Se me ha olvidado D: Oh Dios era importante. 
Oh Dios no me acuerdo D: Bueno, os dejo el maratón.
¡AH JODER YA ME ACUERDO! 
A VEH KILLASH: Que sepáis que contesto a TODOS los comentarios que me dejáis en el blog, asi que si comentáis, tendréis una respuesta. *-* Espero que os guste el maratón, es...Extremo, pero prometo que los habrá mejores :)
IMPORTANTE! 
Una de las chicas que fue al hormiguero, ha empezado una nueva novela de los chicos, se llama five little things.Os dejo el blog. 
 5littlethings1d.blogspot.com.es/
Y por si no os convence, aquí os dejo el video del trailer de la novela.  http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=y2sK5Sc3HA8
Me haríais un favor leyéndola *_*  
¡A leer!
                                                                    ***
Respiré con cuidado  intentando no hacer ruido. Pero el hecho de lo que acababa de pasar me hacía respirar con fuerza, y al intentar respirar lento, me daba la sensación de estar ahogándome. Oí la puerta abrirse, y Harry se puso un dedo en los labios, advirtiéndome. Probablemente hasta él podía oír mi respiración agitada, por lo que aguanté la respiración unos segundos.

-¿Harry? –Louis estaba dentro de la habitación. -¿Dónde narices estás?

Louis salió de la habitación y volvió a cerrar la puerta.

Solté el aire que había estado guardando y comencé a respirar algo más agitada. Harry simplemente me miraba, esperando a que recobrara el aliento, dándome tiempo para recuperarme. Me puse recta y me sentí mareada. Quedé a la altura del pecho de Harry, todos sabían y veían que yo no era demasiado alta, y que Harry me sacara tanta altura me mareó. Nubló mi mente y solo podía pensar en lo bien que olía. Podía oír perfectamente cómo respiraba, y si los dos nos hubiéramos quedado callados, estaba segura de que podríamos haber escuchado con claridad los rápidos latidos de mi corazón. Maldito Harry. Era como si lo hiciera aposta. 

Cerré los ojos y tragué saliva, centrándome en lo que en ese momento importaba. 

-Podrías haberte quedado fuera y haber hablado con él. –Susurré, aún sin mirarle. Su presencia me mareaba de verdad. Si abría los ojos, me desconcentraría.
-Lane, no puedo mirarle a la cara. –Dijo, tan bajo que podía notar lo dolido que estaba consigo mismo.

Se me volvió a cortar la respiración al oír aquello. Sin duda, Harry sabía lo que era ser leal a alguien. No supe qué contestar, y no se me ocurrió nada mejor que poner una mano en su brazo. No sabía qué era lo que estaba haciendo, supuse que era mi patético intento de hacerle sentir mejor, ya que no sabía qué hacer. Esto era totalmente absurdo y ridículo. ¿Debía si quiera intentar reconfortarle? Lo que debía hacer era salir de ahí.

-Lo que pasó en tu casa, no se va a volver a repetir nunca. –Dijo Harry, aún en voz baja.
-Claro que no. –Dije yo, subiendo un poco la voz. –Ni si quiera debería haber pasado.
-Tengo…tenemos que decírselo. –Levantó la mirada hacia mis ojos.

¿Es que estaba loco? ¿Para qué iba a contárselo? ¿Para hacerle daño? Los dos sabíamos que no iba a volver a pasar y que era un error. Que estábamos avergonzados y arrepentidos. Contárselo solo causaría más dolor. No servía de nada.

-No. –Dije. –No tenemos que decírselo. 

Oí como Harry respiraba hondo, probablemente para contener las ganas de llamarme algo. 

-Lane…-Dijo, intentando no sonar alterado.

-No, no tiene que saberlo. ¿Para qué? Es una persona con sentimientos Harry, no se lo merece…No por mi parte…y menos por la tuya. Es tu mejor amigo.

Perdió la calma. 

-¡Precisamente por eso! – Me agarró de los hombros y esta vez bajó la voz. –Precisamente por eso, Lane.
-Ha sido una mala idea venir. –Dije, suspirando. –Lo siento.

Harry no me soltó los hombros, sin embargo. Y, sin quererlo, volví a respirar el perfume de Harry, desconcentrándome y sintiéndome frágil repentinamente. Subí la mirada hasta los ojos de Harry, que eran de lo más verde que había visto jamás. Lo pensé la primera vez que los vi de cerca. Y me quedé atrapada en ellos. ‘’Otra vez no’’- Pensé. ‘’Deja de mirarme Harry, quita las manos de mis hombros, por dios’’. Solo empeoraba las cosas con eso. Alargué la mano para apartar con suavidad una de las manos de Harry, pero en cuanto le toqué noté electricidad en los dedos, quemándome.

-Necesito salir. –Dijo, conteniendo la respiración de nuevo para no oler su perfume y volver a delirar. –Déjame salir de aquí, Harry. 

Harry abrió la puerta del armario. ¿Por qué seguíamos siquiera ahí dentro? Cuando respiré aire que no contenía la esencia de Harry, la nube de mi mente se disipó. 

-Creo que será mejor…que nos alejemos. –Dijo él como si lo hubiera estado pensando un tiempo.
-Mira, yo solo quería que las cosas no estuvieran tan mal entre nosotros porque éramos un grupo y no quería tener mal rollo contigo. Simplemente quería que fuéramos amigos. O ni si quiera amigos, solo llevarnos bien. Y contigo Harry, contigo es imposible, de repente eres amable y de repente me odias. Ahora no sé qué ha pasado con el grupo. Y haz lo que tengas que hacer con Louis, estoy harta. Todo se ha ido a la mierda, así que ya qué más da. –Dije, dándole la espalda y abriendo la puerta. – No sabes cómo siento haberte besado.

Bajé las escaleras, encontrándome con la mirada de Elly, empática, cómo si supiera exactamente lo que había pasado. Y abrió los brazos. La miré con sorpresa, pero no me detuve, caminé hasta ella y la abracé. 

-Entonces, ¿dices que mañana vienes cenar con Liam y conmigo? ¡Estupendo!.-Dijo Elly en mi oído.
Me hizo reír y me soltó, dándome una palmada en el hombro. Me guiñó un ojo y se puso a bailar al ritmo de la música. Todos parecía que se estaban divirtiendo de verdad.  Y bueno, ¿yo qué iba a hacer? Apoyarme en aquella chica de rizos que parecía leerme la mente, aunque yo sabía que realmente era Liam quién la contaba las cosas. Bailé con ella, y con Niall, y Zayn, y Dylan que se empeñaba en mover las caderas, y era muy gracioso. 

En algún momento de la noche, Dylan y Niall se juntaron y comenzaron a intentar rapear mientras Zayn intentaba hacer beat box, lo cual era muy divertido, y ridículo. Todos nos reíamos ante la estupidez de nuestros amigos. Y al final, no resultó tan horrible. De hecho, pude decir que me divertí la gran parte de la noche.

                                                                     ***

-Organizaros como queráis. –Dijo Harry.- Pero en mí habitación duermo yo.
-¿Por qué no dormimos Harry, Louis y yo en una, Zayn, Dylan, Sheila y Lane en otra y la parejita en otra? –Comentó Niall.
-A mí me parece bien. –Dijo Louis.
-Y a mí. –Dijo Dylan.

Liam miró a Niall como si fuera a matarle, pero la risa de Elly pareció calmarle. Ella le dio un suave golpe a Niall en la cabeza y miró a Liam.

-Pues Liam, es lo que hay. –Dijo Elly, riéndose más aún. – Habrá que sacrificarse. 

Todos reímos. Elly realmente era capaz de dominar a Liam. Aun que Liam era un trozo de cielo, y Elly tenía carácter. Se complementaban.

-Eh, en mi casa lo justo. –Dijo Harry frunciendo el ceño. –Controlar las hormonas.
-Estáis enfermos. –Dijo Sheila tapándose la cara. 

Después de aquel momento todos pusimos rumbo a nuestras respectivas habitaciones.  Entré la primera, seguida por Sheila, y al ver que Zayn y Dylan no entraban aún, intenté hacer tiempo. Aquello me resultaba increíblemente incómodo. Abrí el pequeño maletín que me había traído y saqué el pijama, sin hablar, sin ni siquiera intentar abrir una conversación, aunque tampoco me hizo falta.

-¿Qué tal te lo has pasado? –Oí decir.
-Bien. –Contesté, sin mirarla aún.
-Yo también. –Dijo ella, aunque yo no la hubiera preguntado. –He pasado la noche con Louis, es un chico encantador. ¿Verdad?

Sheila acababa de empezar una guerra. Tragué saliva y cerré los ojos con fuerza, pero los abrí y me giré para encararme a ella.

-Sí, absolutamente encantador. –Forcé una sonrisa.
-La chica de la que Louis se enamore será una chica con suerte. –Dijo, entrecerrando los ojos, sabiendo lo que hacía.
-Lo será. – Contesté. No podíamos despegar la mirada la una de la otra.
-Sí, nadie podría decirle que no, ¿verdad?
-Sheila, ¿qué quieres? –Dije, algo exasperada.
-Quiero que te des cuenta de que Louis no está bien, de que es por tu culpa, y de que parece que te importa una mierda. –Dijo, mirándome con rabia esta vez.
-¿Perdona? –Dije, encarándome a ella, estábamos una delante de la otra.

La puerta se abrió y miré a Dylan y Zayn, que acababan de entrar por la puerta.

-Hola chicas, la fiesta ha llegado. –Dijo Zayn abriendo los brazos para exponerse a sí mismo.

Dylan se rió y se acercó a mí, revolviéndome el pelo. Estaba un poco chispa, de haber bebido, pero su sonrisa era enorme.

-Te contaré un secreto. –Dijo, con la voz algo distorsionada por el alcohol. Se acercó a mi oído y habló en voz baja. –La fiesta soy yo, pequeñuca.
-¿Pequeñuca? –Dije, riendo. –Dylan, no vuelvas a beber nunca, por dios.
-¡Pero si yo estoy bien! –Dijo, dando un salto hacia una de las camas.

Miré a Zayn, que me miró, y se puso una mano en la frente dándolo todo por perdido con Dylan. Me reí y Zayn se acercó, con su pijama en la mano.

-Espero que no os importe que me cambie aquí. –Dijo, desdoblando el pijama.
-Pensé que los hombres duros como tú dormían siempre en calzoncillos. –Le dije a Zayn. 

Él se río y negó con la cabeza dramáticamente.

-Yo no soy un hombre duro, yo paso frío, siento no cubrir tus expectativas de mujer hecha y derecha. –Contestó, quitándose la camiseta.
-Nadie las cubre. –Murmuró Sheila.

Zayn la miró y me miró a mí. Yo la ignoré y salí de la habitación para meterme al baño a ponerme el pijama. En ese momento solo se me ocurría una palabra para Sheila: Zorra. Estaba cabreada de veras con ella. ¿Qué sabía ella de nada? ¿Quién era para estar clavándome indirectas como si yo fuera una egoísta?  No podría aguantarla demasiado. Sabía que ella actuaba así conmigo porque quería ser ella de la que Louis estuviera enamorado, y que me odiaba por haberle hecho sentir mal por haberle dicho que no. Pero no era mi culpa, no podía…No podía intentar hundirme con esto, no después de lo de Harry. Pero algo en mi interior me decía que no me dejara aplastar. Si Sheila iba a empezar una guerra yo no iba a pararla, no iba a dejar que me hundiera por creer que debía defender el  orgullo de Louis. Lo sentía mucho, pero aquella chica que acababa de llegar al grupo no se hacía ni una ligera idea de quién era yo. 

Me mojé la cara con agua fría antes de volver a la habitación, ya que mis mejillas ardían de la rabia. Entré en la habitación y vi que Dylan se había quedado dormido con la ropa puesta, y que se había quedado dormido en la cama de Sheila, por lo que me tocaba dormir con Zayn. No me importó lo más mínimo, apagué la luz y me metí en la cama con él. 

Me tapé y cerré los ojos para intentar dormir, pero dos grandes manos me agarraron la cintura, y noté la respiración de Zayn al lado de mi oído

-Preciosa. –Dijo, con voz  de camionero. -¿Quieres pasar una noche movida?
-¡Zayn! Dije, riendo. – Eres un pervertido.

Oí como se reía a la vez que se daba la vuelta  en la cama.

-Hasta mañana, Lane. –Dijo, aún con la risa floja. 

Narra HARRY.

Mientras subíamos, me quedé atrás con Louis pensando muy bien en lo que iba a hacer.  Pensé en que era por su bien, y por el mío. Yo viviría mejor sabiendo que Louis me odiaba antes que vivir sabiendo que le había traicionado y me había acobardado a la hora de la verdad. Me merecía su odio, y eso era sí.

-Louis… ¿Podemos hablar? –Dije, respirando hondo.
-Claro, ¿estás bien? –Dijo, poniendo una mano en mi hombro.
-Eh…Tengo que decirte algo. –Mi mente trabajaba rápidamente preguntándose si debía prepararle el terreno a Louis para que no le sentara tan mal o decírselo de golpe.

Louis me miró preocupado. Así que opté por prepararle el terreno.

-Verás, es que…Es probable que haya hecho algo…bastante malo. Y no sé hasta qué punto debería no contárselo…A la persona que saldrá perjudicada.
-Tú sabes cómo apañártelas, simplemente sé sincero y díselo, si es que eso es lo mejor para esa persona. –Contestó él, con un alivio obvio en la cara.

Entrecerré los ojos buscando otra forma de decirlo.

-Ya, pero, ¿y si lo que hice lo cambia todo?
-¿Tiene solución? ¿Puedes deshacerlo? –Dijo él, parándose en medio de las escaleras.
Negué con la cabeza, parándome a su lado.
-Entonces, no cambia nada. Deja de comerte la cabeza. –Contestó, caminando de nuevo.
-Pero…-Dije.
-Harry, de verdad, deja de comerte la cabeza. 

Me frustré ante la lógica estúpida de Louis. Si él supiera o sospechara lo mínimo, vería que sí que había que comerse la cabeza. Me decía que no me comiera la cabeza, y sin embargo, él se la comía todo el rato. Mi todavía mejor amigo no tenía remedio.


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