Hola chicas.
A ver, entre que vinieron mis primos de barcelona y tuve que pasar el fin de semana con ellos, no pude escribir nada del maratón, y la última noche que estuvieron aquí, mi ordenador decidió que era buen momento para morir. Y eso, que se me ha muerto el ordenador. Lo he llevado a que lo reparen, pero hasta dentro de una semana no me lo devuelven, asique siento deciros que tardaré un poco en volver a subir.¡Lo siento! Pero yo os aviso por tuenti igualmente. Lo siento mucho de veras.
laksjfskjfa.
sábado, 18 de agosto de 2012
lunes, 6 de agosto de 2012
Capítulo Ocho.
Hola chicas!
Bueno, tengo una propuesta. PUEDE QUE HAGA MARATÓN. Si, si, maratón.
Peeerooo, me tenéis que hacer un favorcito. Más bien es una condición, pero vamos que es un favorcito.
Para que haga MARATÓN, tengo que tener dos cosas: Más de 15 comentarios pidiendo 'Siguiente'. Y tiene que haber más comentarios chulos que simples 'siguientes'. Eso es fácil porque normalmente me dejáis más de 15 comentarios :3 Me siento especial asdkjasfka.
Lo que quiere decir, que si me ponéis un simple siguiente hay menos probabilidades de que suba MARATÓN, pero sin embargo si me hacéis un comentario bonito, no muy largo pero que sea original o dando vuestra opinión, subo MARATÓN. A ver, si no subo maratón, esos capítulos los subiré igualmente, pero de uno en uno, no es para tanto. Siento sonar como una diva de verad :S
POR CIERTO: Quería agradeceros a las 40 personas que leéis la novela, que 40 sois muchas para ocho simples capítulos, que habéis sido 6 lectoras más desde que subí el último, asi que muchísimas gracias, os dejo leer :3
***
-Pero…La has puesto…-Dije, sin palabras.
-La he puesto Juliet, tu segundo nombre.-Dijo sonriendo ante
mi reacción.
-Pero…-Seguí diciendo como una tonta.
-¿Quieres cogerla?-Dijo ella.
Abrí los brazos con cuidado para que mi tía pusiera a Juliet
en mis brazos. Y yo miré al bebé, estaba dormida y era totalmente perfecta.
Tenía las pequeñas manos cerradas en puño y movía los labios dormida.
-Seguro que cuando sea mayor hablará por los codos.-Dije,
divertida.
-Pues como tú.-Dijo mi madre, que acababa de entrar por la
puerta.
Nos reímos las tres. Mi madre se sentó cansada en el sofá,
acababa de llegar del trabajo.
-Había venido porque –Dijo mi tía. –Tengo que volver al
trabajo, y, ahora que tengo una niña, tengo que dejarla con alguien y…
-¡Yo la cuido!-Dije, rápidamente, sin dejarla terminar.
Ella sonrió como agradecida. Pero no sé de qué se asombraba,
si yo siempre estaba dispuesta a ayudarla.
-Verás, yo puedo cuidarla por la mañana, pero no por la
tarde, y entro a las cinco y media de la
tarde.
-Yo a las cinco y diez ya estoy en casa.-Dije, emocionada.
Era la primera vez que podría cuidar un bebé absolutamente
sola, porque mi madre pasaba un rato por casa y volvía a irse a trabajar.
Asique pasaba la mayor parte del día trabajando, y mi padre, estaba de viaje de
trabajo en Alemania. Fíjate yo en Inglaterra y él en Alemania. Y así era todo
el tiempo. Pero al menos podía ver a mi madre un par de horas al día. Sabía que
no podía quejarme porque trabajaban duro para que pudiéramos vivir en
condiciones, pero muchas veces mi padre se iba más de un mes seguido y le
echaba mucho de menos.
-Bueno, pues traeré a Juliet a esa hora, ¿te parece bien?-Dijo,
cogiendo el bebé en brazos porque había despertado.
-Me parece perfecto.-Dije.
-Lo único, necesitaríamos una cuna.-Dijo mi madre.
-Y juguetes, y biberones, y pañales y…-Empecé a decir,
emocionada.
-Tranquila Lane.-Ser rió mi tía. –Yo lo traeré todo, no os
preocupéis.
Llamaron a la puerta, asique fui yo la que me levanté a
abrir. Miré por la mirilla antes de abrir y me sorprendí, al ver a Liam aquí.
-Liam, ¿qué haces aquí?-Dije abrazándole.
-Me llamó Louis, ya sabes.-Dijo él, entrando en casa,
llevaba una bolsa rosa, asique me extrañé.-Me llamó para contarme lo que pasó
con Eithan, y vine para estar contigo un rato.
-Mejor lo hablamos luego.-Dije en voz baja.- ¿Qué llevas en
la bolsa?
-Es para…-Se quedó
callado al ver a mi tía con el bebé.-Para el bebé.
Caminamos a la sala, y mi madre y mi tía saludaron a Liam
como de costumbre. Liam le dio la bolsa que llevaba a mi tía y se sentó al lado mío en el sofá. Mi tía le
dio las gracias a Liam, y abrió la bolsa. Era un vestidito rosa de bebé. Besó a
Liam en la mejilla, y le probó el vestido a Juliet. Hablando descubrí que el
nombre lo habían decidido entre Liam y ella, y que era una sorpresa para mí.
Según ellos; ‘Porque sabían que me haría ilusión’’. Y no estaban para nada
equivocados.
-Bueno.-Dijo Liam.- Em, Lane, vamos a arriba a hacer el
trabajo de La antigua Gran Bretaña.
-Ah sí claro.-Dije, disimulando. Los dos sabíamos que ese
trabajo no existía.-Nos vamos.
-Estudiar mucho, ¿eh?-Dijo mi tía con una sonrisa.
Asentí con la cabeza y Liam y yo desaparecimos por las
escaleras, subimos a mi habitación y cerramos la puerta con pestillo. Lo que
consideraba bastante útil. Mi madre no quiso ponerle cerrojo a mi cuarto hasta
que cumplí los dieciséis, después de insistirla mucho. Y ahora que tenía
dieciocho, solo lo usaba cuando Liam venía. Ya ves cuánta utilidad le daba. No
me servía para mucho, realmente.
Liam se sentó en la cama y me escuchó con atención mientras
le contaba todo lo que había pasado. Todo, hasta lo que pensé de Harry.
-Lo que creo es que te metes demasiado en líos.-Dijo él.
-Oh, gracias por decírmelo.-Dije, irónica.-En las últimas
dos semanas, me he escapado de una vacuna, me han pillado encerrada en un
trastero, me han castigado por algo que no he hecho, han intentado violarme, me
he peleado verbalmente un par de veces, he tratado irrespetuosamente al
director, han apaleado a mis amigos, Eithan por poco me pega, y por segunda vez
casi pegan a Harry y Louis.
-Guau Lane.-Dijo, Liam abrazándome.-Vives al límite.
Me recosté en su pecho y resoplé.
-¿Tú crees?-Volví a ironizar.
-Pero ya termina la semana, y vuelve a comenzar otra, seguro
que tu vida a partir de ahora se equilibra un poco.
-Ojalá Liam, ojalá.
***
Pasé casi todo el fin de semana preparando la habitación de
invitados para Juliet, con mi tía y mi madre. Le pusimos una cuna, un millón de
juguetes, pañales y biberones limpios en una estantería, junto con polvos de
talco, y toallitas húmedas. Era todo tan infantil que me encantaba. Y a Juliet
parecía encantarle también. No podía pensar en otra cosa que en cuidarla,
porque siempre me habían encantado los bebés y Juliet era simplemente genial.
Y el lunes llegó.
Llegué tarde a clase porque al parecer Liam se había pasado
la noche vomitando y con fiebre, y no iría a clase ese día. Así que tuve que
correr al campus, y aún así llegué tarde. Medio asfixiada y tarde. La primera hora como todos los lunes
tocaba inglés, y fue la hora más aburrida del mundo. En física, me puse al lado
de Elly, supongo que era porque era como tener cerca a Liam. O por lo menos
algo que a él le importaba. Ella no parecía incómoda con mi presencia, de todas
formas. Estuvimos hablando bastante, y descubrí que lo que me dijo Liam era
cierto. Eran tan parecidos que asustaba. Y también era divertida, y para nada
seria, como yo creí al principio.
Pasé la hora de descanso con Niall, Zayn, Louis y Elly.
Harry no estaba por ninguna parte, y tampoco creí oportuno preguntar, aunque
tenía curiosidad por saber si estaba enfermo o enfadado y no me ayudaría. Me
sentía verdaderamente egoísta, pero no
podía evitar pensar así. En la cafetería, también comí con ellos, y esta vez
Harry estaba. Cuando le vi sentarse, sentí un alivio tremendo. Porque si él
estuviera enfermo hoy no hubiéramos podido estudiar.
También me di cuenta de que una chica de la mesa de enfrente
no paraba de mirar a Louis. Él no la miraba porque pasaba casi todo el tiempo
hablando con los chicos, mientras que Elly y yo nos preocupábamos por Liam y
Louis añadía algunas frases de vez en cuando. Pero, sí, aquella chica rubia
oscura con grandes ojos marrones miraba a Louis como si fuera lo más
maravilloso de este planeta.
En cuanto terminaron las clases llamé a Liam para ver qué
tal estaba, y fui caminando hasta mi casa. Liam estaría toda la semana sin ir a
clase por que tenía gastroenteritis, asique iba a ser una dura, dura semana sin
él. Cuando llegué a casa, mi tía dejó a Juliet, que se pasó toda la hora
llorando. Yo estaba sola en casa, y desesperada. No sabía qué hacer para que la
niña se tranquilizara, o se durmiera, y la tuve en brazos todo el rato. Pero
aún así, no se durmió hasta casi las seis. Dejé a Juliet en la cama y me senté
en el sofá, agotada.
Cuando creí que había conseguido relajarme un poco oí la
puerta, así que me levanté sin ganas y miré por la mirilla. No me podía creer
que Harry al final hubiera venido. Imaginarme que había seguido las
instrucciones del papel que le di sin comprobar antes si eran falsas o no hizo
que me diera un escalofrío. Había confiado en mí.
Respiré hondo y abrí la puerta. Ahí estaba, tan alto como
siempre, y mirándome tan raro como de costumbre.
-Ho-hola.-Dije, abriendo más la puerta para que pudiera
pasar.
Él entró cargado con una mochila. Se quedó de espaldas a mí,
sin saber a dónde ir. Le sonreí amablemente, aunque creo que más bien fue una
sonrisa incómoda que una amable, y subí las escaleras. Él dudó un momento, pero
al de unos segundos oí sus pasos detrás de mí. Entré a mi habitación
rápidamente para ver si estaba muy desordenada. Quité rápidamente un sujetador
que había tirado en el suelo y lo lancé al armario. Harry apareció por la
puerta en el momento en que cerraba el armario.
Me aclaré la garganta y hablé. Dios mío, esto era demasiado
difícil.
-Puedes sentarte.-Le dije, señalando el escritorio.
Él no había dicho nada en todo el rato que había estado
aquí. Dejó la mochila al lado de la silla y se sentó.
-Esto… ¿Quieres beber algo?-Dije
-¿Tienes fanta?-Dijo él, mirándome por primera vez.-Es mi
bebida favorita.
Claro que tenía fanta. La tenía porque era mi bebida
favorita también. Me quedé parada un momento hasta que reaccioné y bajé
rápidamente a la cocina a rellenar dos vasos con fanta.
Volví a subir y Harry ya estaba con el libro abierto en la
mesa. Al menos era aplicado. Dejé los vasos encima de la mesa del escritorio y
me senté al lado suyo.
-Gracias.-Dijo, dándole un trago a la fanta y mirando la
ventana.-Me gusta que la ventana esté encima del escritorio.
-A mi también.-Dije, mirando por la ventana igual que él.
Sacudí la cabeza y miré mi libro frustrada. ¿Qué hacía
mirando por la ventana como si fuera tonta?
-¿Empezamos?-Dije abriendo mi libro por el tema que
estábamos dando ahora.
-Sí.-Dijo él, sacudiendo la cabeza como yo había hecho unos
segundos antes.-Vale, empieza leyendo el
primer punto y diciéndome qué es lo que no entiendes de ahí.-Dijo.
Le hice caso y me lo leí. Lo cierto es que la física no
tenía sentido, por lo tanto, no entendía nada simplemente porque no tenía
lógica. Le expliqué mi punto de vista, y casi le hago reír.
Él comenzó a explicarme las teorías, con la mirada fija al
libro. Cada vez que levantaba la mirada, sus ojos pasaban de ser verde oscuro,
a verde claro, debido a la luz de la ventana que teníamos al lado. Me distraía
tanto con los ojos que casi no le escuchaba. Más bien pensaba en cómo sería
tener unos ojos tan bonitos, y en lo difícil que tenía que ser acostumbrarse a
que la gente se quedara pasmada mirando tus ojos. Y lo cierto, es que Harry era…Agradable
a la vista, bastante agradable.
-¿Lane?-Dijo, despacio.
-Perdón, perdón.-Dije, echándome la culpa por mis
pensamientos.-Dime.
-Que si lo has entendido.- Dijo, mirandome como si estuviera
loca.
-No.-Contesté.
Si me hubiera preguntado.’¿Me estás escuchando?’
Probablemente me hubiera dado un ataque de risa.
-Empiezo desde en principio.-Dijo él pacientemente.- ¿Te
parece bien?
Asentí con la cabeza. Mientras él releía en voz baja lo que
me había explicado para explicármelo más fácilmente de forma que lo entendiera,
yo pensaba en cómo podía tener paciencia conmigo. Yo me hubiera echado de casa
a mí misma. Claro que si Harry me echaba de mi propia casa sería raro.
Verdaderamente raro. Pero él parecía tan profesional. Claro, si ayudaba a Liam
y a Louis paciencia tendría que tener, pero mucha. Sonreí al pensarlo.
-Vale, la teoría de…-Dijo él, pero un ruido le cortó.
-Oh Dios.-Dije, frunciendo el ceño.-Es Juliet. Es mi prima, lleva
así todo el día, lo siento de veras. ¿Me
das un momento?
-Claro, ve.-Dijo él, apoyando un codo en la mesa y la cabeza
en la palma de su mano.
Probablemente Harry empezaba a desesperarse, pero yo no
podía dejar de lado a un bebé. Así que fui al cuarto donde estaba Juliet y la
cogí en brazos. La llevé hasta mi habitación, y me senté de nuevo en la silla.
En cuanto me senté, Juliet dejó de llorar.
Harry sonrió al ver a Juliet, y cogió una de sus manitas. Luego,
volvió de nuevo al trabajo, y esta vez conseguí entenderlo. Como él lo
explicaba parecía mucho más fácil.
Juliet volvió a ponerse a llorar. ¿Qué quería? La había dado
de comer, la había cambiado y había jugado con ella. No sabía lo que quería.
-¿Puedo?-Dijo Harry, mirándome con los brazos abiertos.
Miré a Juliet y luego a Harry. ¿Me estaba diciendo que le
diera a Juliet para que él la hiciera dejar de llorar? Dudosa, dejé a Juliet en
los brazos de Harry, y él rápidamente se levantó y se sentó en mi cama,
prestando atención solo al bebé. La levantó con cuidado, y la puso contra su
pecho, dándola suaves golpecitos en la espalda. Yo me quedé atónita. Viendo
como Harry cuidaba a Juliet sin duda mejor que yo, y también atónita porque
Harry después de ser un borde era todo tierno con los bebés. Cuidando de Juliet
parecía casi…dulce. Parecía algo fuera de este mundo. Y lo que más me
sorprendió, es que Juliet dejó de llorar.
-¿Cómo lo has hecho?-Dije totalmente maravillada con el
silencio que había.
-¿No sabías que a los bebés les tranquiliza el sonido del
corazón?-Dijo, ahora algo avergonzado porque yo hubiera visto esa parte suya.-
¿Se llama Juliet?-Dijo cambiando de tema.- Me gusta.
-Es mi segundo nombre.-Comenté.
-Oh.-Dijo, cambiando la mirada como si me hubiera elogiado a
mí en vez de a Juliet.- ¿La dejo en la cuna? -Dijo.
-Ya la llevo yo.-Dije, levantándome para coger a Juliet de
vuelta y dejarla en su cuna.
Cuando volví a mi habitación, Harry estaba sentado de nuevo
en la silla mirando al libro. Cuando me senté, volvió a darme explicaciones,
como si lo de antes no hubiera pasado. Ahora él estaba distante, como la
mayoría del tiempo. En vez de hablarme amablemente como antes, me hablaba
secamente. ¿Qué había pasado? ¿Había dicho yo algo malo y lo había estropeado?
Suspiré y le presté atención. No pensaba dedicarle un minuto a la mente
enredada de Harry, y menos a costa de mis calificaciones escolares.
Terminamos de estudiar ese tema. Cuando miré el reloj, eran
casi las nueve y media de la noche. Esas tres horas y media se me habían pasado
voladas. Harry recogió sus cosas, y se despidió. Yo le acompañé a la entrada
por educación, aunque me hubiera puesto de mal humor. Subí de nuevo las
escaleras y recogí los dos vasos de fanta vacíos. Aproveché para prepararle un
biberón a Juliet, y mientras este se preparaba, reflexioné sobre el poder que
los bebés influían sobre una persona.
* * *
-Liam, ¿cómo vas a estudiar en tu estado?-Dije al teléfono,
en la entrada del campus, a cinco minutos de empezar la primera clase.
-Que si Lade, dráeme dodo do que haya que edtudiar y dodos
dos deberes, pod favod.-Dijo, con voz gangosa.
Intenté no reírme, pero no resultó.
-Y do te días de mi.-Dijo.-De edspedo en mi casa.
-¿Dónde me vas a esperar si no?-Me reí.-Yo te lo llevo todo,
te cuelgo que tengo que entrar ya.
Entré en clase justo cuando tocó el timbre que indicaba que
comenzaban las clases, y me senté en el primer sitio que vi libre. Saqué mi
libro de matemáticas y miré a mi compañera. Era la chica rubia oscura de ojos
marrones de la cafetería, la que había estado mirando a Louis como si no
hubiera mañana. Quise hablarla, por simple curiosidad.
-Hola, ¿te importa que me siente aquí?-Dije amablemente.
-Claro que no. Es mejor no pasar la clase de matemáticas
sola. –Dijo, poniendo cara de horror. –Puede darte un ictus.
Me reí por lo cierto que era eso.
-O algo peor.-Me reí. –Soy Lane.
-Yo Sheila.-Dijo, sonriendo también.
-¿Sheila? Nunca había conocido a nadie que se llamara así.
-Ya, es que mis padres son españoles, yo nací en España,
pero llevo viviendo aquí mucho tiempo.-Dijo.
-Es mola-Dije sinceramente, nunca había estado en España.
La clase siguió normal, sin más comentarios respecto a otra
cosa que no fuera matemáticas, ya que a ninguna se nos daban especialmente
bien, aunque conseguíamos aprobar por los pelos.
Terminaron las clases, asique como le prometí a mi mejor
amigo, fui con cientos de apuntes y deberes hacia su casa.
viernes, 3 de agosto de 2012
Capítulo Siete.
Hola chicas!
Esta vez tengo poco que decir, simplemente me voy a quejar. JAJAJ.
Sois 34 lectoras y solo me comentan como 16, SI SI, se que es casi la mitad, pero por favor! Comentadme que no duele! De verdad!
Y eso, gracias por leer, y como siempre COMENTADME en Texe Horan Pink Sparks, y hacedme una preguntilla (o dos ^^) al ask. :) ask.fm/youalreadygotme UN BESO, A LEER!
***
Harry me miro extrañado y se quedó quieto en el sitio. Puse
un poco más de mi parte y me acerqué a él. Esto sin duda no sería fácil, pero
la verdad; Prefería herir mi orgullo un poco ahora a tener que tragármelo todo
a final de trimestre.
-Em.…Verás. He oído que eres bueno en…física.-Dije,
intentando mirarle lo menos posible. – Y yo bueno…Yo no soy tan buena y…
-Y quieres que te ayude.-Terminó él.
Le miré un momento a los ojos y él levantaba las cejas
esperando a que le contestara. Tenía una mezcla de sorpresa y diversión en la
cara, y yo no sabía que era tan divertido. ¿A lo mejor se reía de mí por ser
mala en física? ¿O se reía porque me estaba rebajando a pedirle ayuda? Fruncí
el ceño y miré al suelo.
Narra HARRY.
-¡Harry!-Oí a mis espaldas.
Me giré y vi a Lane mirándome dudosa. No estaba seguro de
que me hubiera llamado a mí. ¿Había otros Harrys en el campus?, aún así, ella
me miraba a mí, no a otro Harry. Vi como se acercaba y se miraba las manos,
nerviosa.
-Em.…Verás. He oído que eres bueno en…física.-Dijo, jugando
con sus manos, evitando mi mirada. – Y yo bueno…Yo no soy tan buena y…
-Y quieres que te ayude.- Dije, sorprendido.
Lane Jefferson estaba delante de mí tragándose su orgullo y
pidiéndome que la ayudara con física, no me lo podía creer, simplemente me
resultaba hasta gracioso.
-Sí.-Dijo ella, dudosa de nuevo.-Si no es mucha molestia,
claro.-Frunció el ceño y apartó la mirada.
Se notaba a kilómetros lo incómoda que estaba por tener que
hablarme y más para pedirme un favor. Y sobre todo, por ser amable conmigo,
porque no la convenía ser una borde. ¿Y
si la decía que no? ¿El orgullo de Lane se vería muy herido? ¿Iría mirándome
mal durante el resto del curso? ¿Se excusaría con alguna tontería para evitar
estar en la misma sala que yo? Lo pensé. Era gracioso que ahora yo podría ser
un borde y ella tendría que seguir siendo amable para que la ayudara, pero no
me aprovecharía. Tampoco era un gran esfuerzo ayudarla, si obviamos el hecho de
que ella no me agradaba nada. Sin embargo, había destruido su orgullo por
preguntarme, y bueno, si necesitaba ayuda y había tenido que llegar a
preguntármelo a mí, ya que yo era la última opción para ella, sería por algo
importante.
-Si.-Contesté.
Ella abrió los ojos como platos y luego volvió a fruncir el
ceño de nuevo.
-¿Qué?-Dijo como si lo hubiera oído mal.
-He dicho que si. Que te ayudo.
Pestañeó muy seguido y luego volvió a mirarme como si algo
estuviera mal en mí.
-Oh…Vale.-Dijo incómoda, me divertía lo mal que lo estaba
pasando. –Quiero decir…Gracias.
Narra LANE.
Vale. Bien hecho Lane, estabas quedando como una idiota.
Pero me había dicho que sí, y eso era lo más raro de todo.
-¿Dónde y cuándo?-Dijo él como si nada.
¿Por qué yo estaba tan incómoda y él lo decía como si todos
los días le pidieran esto? ¿Cómo si no estuviera hablando conmigo? Pensé. En
una biblioteca sería lo correcto, ¿no? Pero luego recapacité. En mi casa. Ese
era mi terreno y nadie me hacía sentir incómoda allí.
-En mi casa.-Dije, rápidamente. Él se quedó callado
esperando más datos.-Em, a las…Seis um…A partir del lunes.-Al parecer no era
suficiente ya que él seguía esperando.- ¡Ah! Y...em…-Abrí la mochila para sacar
un bolígrafo y un trozo de papel y escribir en él.- Mi dirección.
Harry cogió el papel y lo leyó. Un par de rizos cayeron por
sus ojos por lo que no pude ver su expresión en ese momento.
-Perfecto, el lunes estaré allí, a las seis.-Dijo, guardando
el papel en su bolsillo.
Me quedé mirándote atónita. No podía haber sido tan fácil. Él
no me había dicho que sí tan rápido. Yo pensé que se enfadaría y diría que ni
loco, y se iría, y resultó que…no.
-¿Querías algo más?-Dijo apartando la mirada debido a que yo
me había quedado mirándole.
-Hola chicos, ¿qué hacéis?-Oí la voz de Louis.
-Yo…eh…-Dije, sin saber que decir.
-Me ha pedido que la ayude a estudiar.-Dijo Harry, tan
tranquilo como siempre.
-¿Ah sí?-Dijo Louis, mirándome y sonriendo.-Me pidió ayuda a
mí y al parecer a Liam también, pero ninguno somos demasiado buenos.
Miré a Harry y esperé que se enfadara por haber sido la
última opción a escoger, sin embargo, levantó una ceja y sacudió la cabeza,
como si de repente le hubiera dado la razón en algo muy obvio.
-Sí, empezaremos el lunes…en mi casa.-Dije.
-¿En tu casa?-Dijo Louis, ahora frunciendo el ceño y mirando
a Harry intencionadamente.
Harry simplemente sonrió y se encogió de hombros. ¿Qué me
había perdido?
-Ella lo ha querido así.
-¿Y no sería mejor que fuerais a una biblioteca?-Dijo Louis
mirándome serio.
Harry y Louis me miraban y yo tenía que dar una respuesta
rápida y que sonara convincente.
-Eh…No, no porque yo necesito repasar en voz alta para que
se me quede bien en la cabeza y bueno…En la biblioteca no se puede hacer eso.
-Cierto.-Dijo Louis.-Bueno, pues estudiar. Estudiar
MUCHO.-Recalcó el ‘mucho’.
-Lógico Louis.-Dije.
¿Qué otra cosa podía hacer con Harry en
mi casa? Ni siquiera podríamos reírnos porque no nos llevábamos bien. No
podríamos ni hablar, él simplemente me hablaría para explicarme las cosas y yo
solo le hablaría para decirle que lo había entendido. O que no lo había
entendido. Depende.
-¡Tú!-Gritó alguien.
Los tres nos giramos para ver a Eithan venir hacia nosotros
con aires malhumorados.
-¿Podemos hablar?-Dijo, ignorando a Harry y a Louis.
-No.-Dije. Notaba las miradas de Louis y Harry taladrándonos.
-Oye.-Dijo Eithan apretando los dientes y agarrándome el
brazo.-No creas que le puedes decir al director que yo he quemado su coche y
quedarte tan ancha.
-No eres nadie para reclamarme nada.-Le contesté, pero él me
agarraba muy fuerte, hasta hacerme daño, y no pude soltarme.
-¿Quién te crees que eres?-Dijo zarandeándome.
-¡Eh!-Dijo Harry.-Ni se te ocurra tocarla.
Eithan levantó la mirada molesto y la enfrentó con la de
Harry.
-¿Acaso te importa, Styles?-Le dijo con soberbia.
-A mi si me importa.-Dijo Louis.-Y si no la sueltas, te
rompo la boca.
-Oh, mira que miedo.-Ironizó Eithan.
Un corro se había formado alrededor nuestro. Nos miraban
esperando pelea. Eithan apretó más mi brazo hasta clavarme las uñas mientras
miraba a Harry a propósito. Grité de dolor.
-Aparta a Lane y llévala al coche.-Le dijo Harry a Louis.
Harry rápidamente empujó a Eithan, que tropezó y casi cae al
suelo. Louis llegó hasta a mí y me rodeó la cintura con un brazo.
-¿Estás bien?-Me dijo al oído.
Asentí con la cabeza mientras dejaba que Louis me inspeccionara
el brazo. Yo miraba hacia otra parte, hacia donde estaba a punto de haber una
pelea, otra vez por mi culpa. No quería que esto pasara, mientras Eithan y
Harry se mataban con la mirada, yo solo esperaba que no llegaran a las manos.
Otra vez no. No por mí.
-¡Eh!-Gritó alguien.
Nos giramos a ver al director ahí parado. Mirando a Harry y
a Eithan.
-Eithan.-Le dijo, señalándole con el dedo. – A mi despacho.
Louis tiró de mí suavemente, caminando hacia el coche de
Harry, y yo simplemente no podía quitar los ojos de allí, no podía parar de
pensar en ese momento.
-Vamos Lane, con cuidado.-Oí a Louis.
-Pero…-Dije, no quería que otra vez las cosas se liaran. No
quería que otra vez volviéramos a lo mismo.
Louis suspiró porque yo no ponía de mi parte y me cogió en
brazos.
-¡Louis!-Me quejé.
-¡Lane!-Dijo él, imitado mi tono de voz.
Me abrió la puerta del coche y entré. Louis subió a mi lado.
Y yo simplemente miré por la ventanilla. Noté como Harry subía también. Pero yo
no quise mirarle, no quise hablarle. Sabía que él iba a volver a estar amargo y
borde conmigo, y no es que me importara, pero antes había sentido como que
había conseguido dar un paso con Harry. No es que quisiera ser su amiga, pero
hablarnos mal o ser bordes con el otro no nos sentaba bien a ninguno. Me sentía
como si lo hubiera estropeado.
Harry tampoco habló, simplemente arrancó el coche, y sacó el
papel con mi dirección de su bolsillo. Si, definitivamente, Harry yo dábamos un
paso hacia adelante, y dos hacia atrás.
Narra HARRY.
-¿Por qué tengo que ir al despacho? ¡Es ese imbécil el que
me empujó! -Dijo Eithan.
-A mi despacho, ya.-Le dijo el director, mirándole
desafiante.- O si no…
-¿O si no?-Dijo él, con chulería.
-Está bien muchacho, yo no quería dejarte en ridículo
delante de todo el mundo…Pero queda expulsado dos semanas.
Yo me giré porque ya no me interesaba. El director había
decidido excluirme de esa discusión, asique caminé al coche y me subí. Por un
momento me pregunté donde debía llevarla, y casi la pregunto, pero al ver su
cara a través del espejo retrovisor probablemente no quería que nadie la
hablara. Asique saqué el papel que ella me había dado, y comencé a conducir. Supuse
que llevarla a su casa era lo mejor que podía hacer.
-Déjame ver el brazo, Lane.-Dijo Louis.
Miré por el espejo a los dos. Ella miraba los ojos de Louis
con cara de interrogación, como preguntándose el porqué de que Louis la cuidara
tanto, y Louis…Louis bueno, él estaba más preocupado por las heridas de uñas en
el brazo de Lane que por disimular lo mucho que ella le gustaba.
Conduje lentamente y con cuidado, sin parar de dar vueltas a
la escena. Nadie debía tratar a una chica así, y no porque fuera una mujer, si
no porque Lane claramente no quería pelear. Ella no tenía la culpa de haber
visto eso. Era lógico que ella quisiera dejar de hacer un castigo injusto, y
era normal que revelara el nombre. Pero cuando Eithan apretó más el brazo de
Lane, hasta hacerla sangrar, provocándome, ahí no pude responder. Ahí sentí que
mi cabeza iba a explotar de la rabia, nadie, y digo nadie, tenía derecho a
hacer gritar a una mujer de dolor. Solo atiné a decirle a Louis que se la
llevara al coche.
Si el director no hubiera llegado, yo iba a hacer que ese
estúpido gritara de dolor, con la cara rota. Vaya viernes, vaya comienzo de fin
de semana.
-Au.-Oí quejarse a Lane.
Volví a mirar por el espejo y vi a Louis tocando la herida
para ver que tan mal estaba. Seguramente Louis sería un buen novio. Me lo imaginé con Lane, que nunca mostraba lo
que pensaba y que era tan difícil de entender. Seguro que ella lo volvería
loco.
Me preguntaba si le abría sus pensamientos a Liam. Puede que
él fuera el único que había conseguido entender a Lane Jefferson, porque dudo
que alguien más pudiera. Probablemente no se entendía ni ella.
Aunque tenía que reconocer, que la chica siempre estaba
metida en líos. Louis siempre me pedía ayuda para ayudar a Lane, y eso era lo
que me molestaba tanto de ella. Que no se valía por sí sola. Aunque ella no
podía defenderse sola de Eithan en ninguna de las dos veces que la tuvimos que
defender. Y ella no tenía la culpa de meterse en esos líos. Y ella tampoco
pedía ayuda. Así que no entendía por qué seguía cayéndome mal. No soportaba
verla entrar por la puerta. De verdad que no podía, sin embargo, el lunes
estaría allí para ayudarla a estudiar.
Narra LANE.
Agradecía que Louis me cuidara tanto. Y no quería que
pensara que soy una borde, pero si me ponía a hablar, probablemente acabaría
diciendo alguna tontería, o acabaría con ganas de llorar. Y yo no era una
llorona, pero en una situación de nervios no sabía cómo podía reaccionar.
Aunque sonara egoísta, me preocupaba más que Harry no
viniera a ayudarme antes de que no me hablara de nuevo. Yo quería aprobar. Pero
de una forma u otra, siempre acababa a malas con él, y aún me preguntaba; ¿Yo
que le había hecho si no le conocía? ¿Todavía podía odiarme por haberle
seguido? ¿Qué clase de estúpidos enfados tenía? Era como un niño pequeño, o eso
parecía.
Frenó el coche justo enfrente de mi casa.
-¿Seguro que estás bien?-Dijo Louis.
-Louis.-Dije, mirándole.-Estoy bien, tengo una herida que
apenas duele, duele el moratón y no creo que vaya a morir por eso, de verdad.
Te agradezco que me cuides, pero…
-Si quieres, puedo cuidarte ahora.-Dijo muy serio.
Me reí y le besé en la mejilla.
-Eres un cielo, Louis.- Se me quitó la sonrisa cuando hablé
a Harry.- Em.…Gracias…por traerme.
-No hay de que.-Dijo él.
Como siempre. ‘No hay de qué’ y se quedaba callado. Como si
hubiera sido así de simple. Los dos sabíamos que no era así. Que detrás de ese ‘no
hay de qué’ había una larga y larga lista de pensamientos y mensajes ocultos.
Pero él era así, y eso no me debía preocupar. Salí del coche despidiéndome una
vez más, y entrando cansada a casa.
-¿Un día duro?-Dijo, una voz de mujer que no era la de mi
madre.
-¡Tía!-Grité, y corrí al salón.
La abracé con cuidado debido al pequeño bulto que tenía
entre sus brazos.
-Ella es…ella es…-Dije, mirando a la pequeña que dormía plácidamente
en los brazos de su madre.
-Ella es Juliet.
Me quedé sin palabras. Simplemente me senté poco a poco en
el sofá tapándome la boca con la mano. Juliet era mi segundo nombre.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Capítulo Seis.
Hola, tengo un par de cosas importantes que deciros, asique por favor, leed esto:
1.-Necesito que me hagáis el favor de leer esta novela http://closeyoureyes-enjoytherollercoaster.blogspot.com.es , es de una chica que ha intentado con muchas ganas una cosa que no la ha funcionado, y creo que se lo merece.Además es muy buena.
2.-Siento haber tardado tanto, este capítulo además de malo, es corto, pero a la vez importante, asique..jaja
3.-Por dios, petadme es ask que está solitario y una preguntilla no duele, de verdad: ask.fm/youalreadygotme
Y LO MÁS IMPORTANTE; Harry subió una foto con el nombre de ''GRR''....y en la foto ponía LANE, lo juro casi me da un mal, mira os dejo aquí la foto para que lo veáis:
Bueno, os dejo leer, acordaros de dejarme el comentario en texe horan pink sparks :)***
Mi rabia hacia Eithan había hecho que desvelara su nombre
ante el director. No me daba miedo lo que él pudiera hacerme. Yo no era de las
que se acobardaban, y si realmente había guardado el secreto había sido porque
creía que Eithan me gustaba, y porque Harry no quería que lo dijera. Pero no
tenía sentido quedarse castigada sabiendo que no eras culpable, era injusto.
Miré a Harry, que esta vez no había apartado la mirada. Levantaba las cejas,
sin poder creérselo. Me humedecí los labios y volví a mirar al director.
-Eso es una acusación muy grave.-Dijo el director quitándose
las gafas.-Aún así no hay pruebas.
-Sí, lo sé, pero piénselo. A esas horas ninguno de ellos
estaban en sus aulas.-Proseguí.
-Eso tiene más sentido, pero usted tampoco estaba.-Me miró
dudoso.- ¿Qué hacía usted fuera de su clase?
¡Mierda! Ese día había huido porque teníamos vacunas. Si se
lo decía, me podían amonestar.
-Fui al baño. -Dije, segura de mi misma.-Pero me encontré
con Eithan, y le seguí.
-¿Y el señor
Styles?-Dijo.
-Me escondí detrás de su coche, y resulta que era el suyo, y
bueno, cuando lo vimos…Nos escondimos en el almacén.
-¿Es eso cierto?-Dijo, mirando a Harry.
Miré a Harry y él me miró de vuelta. Respiró hondo y
contestó.
-Sí, es cierto.
-Aunque fuera cierto lo que me cuentan, tendrán que seguir
castigados hasta que las cámaras de seguridad digan lo contrario.
-¡Pero es injusto! ¿Y qué pasa cuando vea la grabación y
descubra que fue Eithan? ¿Quién nos devolverá todas las horas perdidas?-Dije,
bastante cabreada.
-Señorita…-Dijo el director.
-¡Ni señorita ni nada!-Dije, dándome la vuelta y abriendo la
puerta.- ¡Joder con las cámaras de las narices!
Cerré de un portazo y corrí hacia la puerta. Llamé a Liam
para que me viniera a buscar, estaba demasiado cabreada como para sentirme
culpable por hacerle venir. Suspiré para intentar calmar mi ataque de ira
repentino, porque no podía creer que el director fuera tan ignorante. Noté como
Harry pasaba por mi lado y me vi obligada a pedirle disculpas.
-Harry.-Dije, y él se dio la vuelta.
Esto era muy raro porque estaba a punto de hacer algo que no
había hecho nunca con Harry. Le iba a pedir perdón, y de hecho era algo que no
hacía muy a menudo con gente como él.
-Verás…Yo, lo siento por haber delatado a Eithan…Se que no
querías pero no sé…
-No pasa nada.-Dijo sin mirarme.-Lo que le has dicho al
director ha estado…Bien.
Ocultó una sonrisa bajando la cabeza y se fue caminando
hacia su coche.
Le observé hasta que su coche desapareció de mi vista y
calculé del 1 al 10 qué tan raro había sido ese momento.
Vi el coche plateado de Liam aparecer y me subí rápidamente.
Le conté todo lo que había pasado en la sala, y vi como se quedaba pensativo.
-Espero que no te amonesten por faltarle al respeto al
director.-Dijo.- ¿Qué te pasó? Tú siempre hablas con respeto a los profesores.
Dentro de lo que cabe.
-No lo sé, me dio un algo. ¿Sabes? Así como una fuerza
extraña. –Eso hizo reír a Liam.- ¿Sabes qué?
-Sorpréndeme. —Dijo Levantando las cejas y girando por una
rotonda.
-Quiero sacarme el carnet de conducir.
-Lane, a mi no me importa irte a buscar cuando lo necesites.
-Ya ya.-Dije.-Pero, ahora tienes novia...-Liam me miró
amenazante.-Vale, aún no es tu novia, pero tú tampoco eres mi criado, y además,
soy una mujer londinense independiente, ¿vale?
Liam se rió aún más fuerte.
-Vale, vale.-Dijo, con una sonrisa.-Echaré de menos salvarte
cuando algo te salga mal.
Me puso un puchero.
-Liam, no me pongas cara de cachorrito.-Reí.-Es por el bien
de los dos, no es por ti, es por mí, te lo juro.
Los dos estallamos en carcajadas.
* * *
Me desperté con la ilusión en el cuerpo. Hoy era uno de
octubre, lo que quería decir que empezaría a hacer mucho frío pronto. Si el
tiempo de Londres era horriblemente frío, en invierno era para congelarte. Sin
embargo, yo amaba el frío, por lo que no tenía problema. Sólo esperaba que la
nieve llegara pronto. Y la navidad, amaba la navidad. Fantaseé en la ducha con
tener un novio que me abrigara cuando nevara por la calle. Caminar en navidad
con tu novio debía ser genial.
Salí corriendo de la ducha para no empezar a congelarme por
el camino, y me vestí lo más rápido posible.
Esa mañana mi madre estaba en
casa, pero no me había dicho el porqué. Cuando bajé a la cocina, estaba
haciendo el desayuno. Al verme sonrió y puso comida en un plato. Me lo dejó
encima de la mesa y se sentó en la silla de al lado con un café.
-Mamá, ¿porqué no has ido a trabajar?-La dije, mordiendo una
tostada.
Ella, dejó su café en la mesa y me cogió la mano. Comencé a
preocuparme, ¿qué le pasaba a mi madre?
-No iré a trabajar en un tiempo.-Contestó, sonriendo.-La tía
acaba de dar a luz.
-¿Qué?-Dije, casi escupiendo lo que tenía en la boca.-
¿Enserio?
Ella asintió con la cabeza y me tapé la boca con las manos.
Era genial que mi prima ya hubiera venido al mundo, era como extraño, ya que
estaba acostumbrada a verla con la tripita…Más bien tripón estos últimos tres
meses.
-¿Y cuándo la veremos?-Dije, ilusionada.
-Cuando salga del hospital, a no ser que quieras venir
conmigo esta tarde a visitarla.-Dijo, dando un trago a su café.
-No puedo mamá…Mañana tengo un examen de física y si no
apruebo física no podré graduarme.-Dije, removiendo mi leche con la cuchara.
-Bueno, entonces estudia, ya verás al bebé.-Dijo
levantándose y dándome un beso en la cabeza.- Pero estudia de verdad, ¿eh?-Dijo
señalándome con el dedo.
Me reí y asentí con la cabeza. Terminé de desayunar y como
siempre esperé a Liam, le conté lo de mi tía, y casi le hizo más ilusión que a mí.
Liam se llevaba genial con prácticamente toda mi familia, y él y mi tía habían
estado eligiendo nombres y universidades para el bebé. UNIVERSIDADES. Ya ves
para que hay que elegir universidad para una niña que aún ni había nacido.
Todos locos.
-¿Quieres que vayamos a comprarle un regalo a tu tía?-Dijo,
ilusionado.-Creo que la hará ilusión ver que nos acordamos de ella.
-Me encantaría Liam, pero tengo que estudiar para el examen
de física, ya sabes que no me va nada bien.-Dije.
-¿Qué vas a hacer si suspendes?
-Ahí Liam, con tacto.-Dije, riendo, y él me giñó el ojo.-
Pues no lo sé, supongo que le pediré ayuda a alguien.
-Espero que tengas suerte en el examen, de verdad lo
espero.-Dijo aparcando y abrazándome antes de salir del coche.
***
Sonó el
despertador y lo apagué. No tenía ni idea de para qué lo había programado para
hoy, porque me había pasado la noche con un café en la mano y el libro de
física en la otra. Esperaba que el esfuerzo fuera suficiente para aprobar esa
maldita materia, porque no pensaba suspender física por nada. Mientras
llegábamos a clase Liam me hablaba, pero yo solo podía pensar en fórmulas y en
átomos. Liam se dio por vencido cuando dije: ‘’Perdón, ¿qué decías?’’ Por
décima vez.
Entré en el examen bastante
nerviosa, pero escribí todo lo que pude, pese haber estudiado, supe que
probablemente no había aprobado, pero al menos me había esforzado intentándolo.
Liam y yo entregamos los exámenes casi a la vez y salimos
fuera.
-¿Qué tal te ha salido? –Me preguntó.
-No creo que haya aprobado, sinceramente, ¿y tú?
-Bueno, Harry me estuvo ayudando y creo que he aprobado. No
me ha salido nada mal. Espero que apruebes.
-Yo también lo espero.-Le dije-¿Qué haces ahora?
-He quedado con Elly -Contestó, pensativo.- ¿Tú tienes que
ir al castigo?
-Por desgracia sí.-Le dije, poniendo los ojos en blanco.
-Pues buena suerte.-Dijo, abrazándome.
Cuando Liam se fue caminé lentamente al despacho del
director, pero no estaba la puerta abierta. Ni siquiera Harry estaba allí.
Había una nota en la puerta, la leí:
‘’Ya no tendrán que asistir más al castigo, hasta que no se
demuestre el culpable. ’’
No me lo podía creer. Di un pequeño saltito y miré alrededor
para asegurarme de que nadie me había visto.
* * *
Miré el examen con mala cara. Sabía que había suspendido,
pero un 3 de nota no era para nada lo que esperaba. Y tampoco esperaba pasarme
todas las navidades estudiando para volver a suspender, estudiar no me servía
de nada si no entendía física. Devolví el examen y volví a sentarme. Tendría
que apuntarme a clases de física extraescolares. O tendría que repetir curso, y
estudiar física hasta que tuviera 50 años. Suspiré malhumorada.
-Liam, ¿tú podrías ayudarme con física?-Le dije.
-¿Yo? Yo no tengo ni idea de física Lane, ya lo sabes.-Dijo
mirándome con pena.
Me tapé la cara con las manos.
-Pero.-Dijo, y levanté la cabeza, esperanzada.- A mí me
ayudó Harry, y él es un bueno profesor.
Volví a esconder la cara entre las manos.
-Claro, voy a acudir a Harry, seguro que sí.-Ironicé.
Lo que me faltaba, no tenía suficiente con suspender y tener
que pedir ayuda porque yo sola no podía conseguirlo, como para pedirle ayuda a
Harry. A Harry no, pero podía pedírsela a Louis. Estuve ansiosa por encontrarle
y pedirle ayuda. Me sentía como una mendiga de ayuda, y no me gustaba nada
tener que pedirla, era extraño. Nunca había necesitado ayuda en los estudios
antes.
En la hora del descanso le busqué como una loca. Cuando le
encontré, estaba sacando libros de su taquilla.
-Louis.-Dije como saludo, él se dio la vuelta y me sonrió.
-Hola Lane.-Cerró la taquilla.- ¿Querías algo?
-A ver…He suspendido física, otra vez.-Dije, frustrada, y él
sonrió tiernamente.- Bueno, y… ¿podrías ayudarme?
Louis se apoyó sobre su pierna derecha.
-Me encantaría, de verdad, pero a mí me ayuda Harry.
Harry. HARRY. ¿Es que Harry era una especia de ONG? Todo el
mundo acudía a Harry.
-Pídele ayuda a él si quieres… Seguro que te dice que sí.
-Harry me odia, ah, y yo odio a Harry.-Dije, pensando en
otra solución.
-Harry no te odia.-Dijo riendo.- Simplemente…Bueno, tú
pídeselo, él siempre ayuda a los que lo necesitan.
-Lo siento Louis, gracias por el consejo, pero Harry no es
una opción.
-Cómo quieras, Lane.
-Gracias igualmente.-Le dije, dándome la vuelta y volviendo
a clase.
Supongo que tendría que ir a una academia. Tenía que empezar
a aceptarlo. Las horas pasaron rápidamente ya que eran dos clases que me
gustaban. A la salida, nuestra clase salió de las primeras, asique me quedé
esperando a Liam en la puerta principal.
Vi a Harry a los lejos, yendo hacia su coche, y una idea
desesperada vino a mi mente.
-¡Harry!-Le llamé.
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