domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo Doce.



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2- Cuando llegue a 70 VOTOS EN LA ENCUSTA, volveré a hacer MARATÓN :3 
3-Un gran saludo a HOUDA STYLES, que fue su cumple hace poco y la quiero mucho :3
4. OS ADORO CHICAS, DE VERDAD, MUCHAS GRACIAS POR LEER *OO*
Yyyyy HOY HAGO UN AÑO COMO DIRECTIONER *OOOOOOO*
                                                                       ***

Pasé gran parte de la mañana del domingo restaurando la escayola que se me había deshecho debido a la pequeña guerra de agua que tuve con Zayn. Fue un fin de semana bastante completo, y eso era algo que no podía negar. 

Por lo tanto, y tras descubrir que la gente a la que llamaba ‘amigos’ estaban totalmente mal de la cabeza, solo podía pensar en hacer miles de locuras con ellos. Sin volver a romperme nada.
El lunes llegó, y con ello la rutina. Ya estábamos en la segunda semana de noviembre, y los exámenes finales llegaban, con él incluido el de física. Y yo estaba aterrorizada.

Había estado la tarde entera del domingo repasando todo lo que estudié con Harry, sin embargo, no era capaz de aprende nombre concretos ni fórmulas. Me subí en el coche de Liam con el libro de historia en las manos, que de eso era el examen que hoy tenía. 

-¿Qué tal te lo sabes?-Dijo Liam, a modo de saludo.
-Historia perfecto, ese examen está aprobado.-Dije, poniéndome el cinturón de seguridad.
-¿Peeeroo?-Me dijo él, adivinando.
-Física.-Suspiré.
-¿Le pedirás ayuda a Harry?-Dijo, levantando una ceja.
-Si veo que yo sola no puedo solucionarlo, no me quedará otra, ¿Verdad?
-Verdad. Vas avanzando, Lane.
-No Liam, no me puedo creer que hayas dicho eso, simplemente, no. Cállate. 

Liam comenzó a reírse a carcajadas y yo le di manotazo, intentando no reírme también.
Giré la cabeza hacia la ventanilla mientras escuchaba atentamente la música que Liam tenía puesta.

-Liam, ¿desde cuándo escuchas a Taylor Swift?-Dije, sonriendo.
-¿Qué pasa? Dime que esta canción no te gusta y la quito. Porque esta canción está bien, y lo sabes. –Contesto, mordiéndose el labio.
 Yo simplemente me reí y canté la canción, que de hecho, era una de mis favoritas.
                                                                            ***

Narra LIAM.
Me pasé las horas hasta que llegó la hora del examen repasando a escondidas con el libro debajo de la mesa, pero nadie pareció darse cuenta así que no me molesté en disimular. No era que el examen fuera difícil, sino que era largo. Y yo solo quería asegurarme de aprobarlo todo. Además, ¿quién no había hecho alguna vez en su vida algo de una asignatura en otra clase que no era esa?
Pese a que no quería darle vueltas, no podía evitar preocuparme por ella. Si fuera por mí la habría dado todas las clases de física del mundo, pero se me daban igual de mal que a ella. 

Así que intenté planear algo para conseguir que pudiera aprobar ese examen definitivo. Lane no podía repetir el curso por esa simple asignatura. Después de la hora del examen, busqué a Lane que me esperaba en la puerta, y ella me comentaba lo que había puesto en el examen, mientras que yo planeaba algo para física. 

Para cuando llegó la hora de comer, ya había tenido la idea. Lane se preocupaba por que fuera a Harry a quién tuviera que pedírselo, pero no se daba cuenta de que probablemente a Harry le importaría más que ella aprobara gracias a él, antes de que fuera a Lane a quién tuviera que enseñar.
Así que como siempre los chicos llegábamos antes a la mesa que las chicas, aproveché para hablar con Harry.

Narra HARRY.

Caminé hacia la cafetería con Louis, quedando en un plan para hoy. Hoy iríamos a ver qué tal estaba su coche estropeado, el que su hermana chocó. Estábamos aclarando la hora en la que quedaríamos, cuando nos encontramos a Liam, Niall y Zayn. Como siempre, las chicas aún no habían llegado.  Al igual que hacíamos normalmente, nos pusimos en fila para ir a por nuestra comida, y después fuimos todos a una mesa grande en la que cupiéramos los ocho. Cuando me senté, oí a alguien toser intencionadamente, a mi derecha se encontraba Liam, mirándome.

-¿Qué pasa, Liam?-Dije, metiendo una patata en mi boca.
-Verás, es que Lane me ha pedido que te diga que si puedes ayudarla con física hoy.-Dijo él, como si nada.

Intenté no escupir la patata frita y parecer normal.

-¿Porqué no me lo ha pedido ella?-Contesté, extrañado.
-No sé si era que no tenía tiempo o que la daba vergüenza, igualmente, creo que no la apetece hablar del tema demasiado. –Hizo una mueca.- ¿Podrías ayudarla?
-Supongo que sí.-Dije aún confuso.- ¿A qué hora?
-A la de siempre.-Dijo rápidamente.

Dicho esto, y como por arte de magia, las chicas aparecieron sonrientes por la puerta de la cafetería. Cogieron la comida y se sentaron en la mesa. Y yo seguía sin procesar la información que Liam me había proporcionado. Creí que esta vez las cosas se habían calmado, pero al parecer no era así. Igualmente la ayudaría, no iba a dejar que suspendiera si yo podía hacer algo para ayudar.
No pude apartar la mirada de ella, ni si quiera cuando se hubo sentado y se dio cuenta de que la miraba. Simplemente me sonrió y cambió la mirada a otra cosa. 
Me obligué a apartar la mirada cuando decidí que no quería seguir siendo un psicópata, y me centré en mi comida. En eso, y en cómo le iba a decir a Louis que dejáramos lo de hoy para otro día, porque iba a ir a la casa de Lane. Rezaría por qué no se lo tomara mal, ni mal pensara.
 Pensé en la forma adecuada para decírselo, pero igualmente sabía que no se lo tomaría del todo bien. Podría invitarle a venir conmigo, así no pensaría que iba para hacer cosas que realmente no iba a hacer.
La comida fue lenta y divertida, como solía ser, incluso vi como Louis ‘ligaba’ con Lane lanzándola un trozo de patata, que ella le devolvió encestando en su boca, haciendo que todos estalláramos en carcajadas.

Narra LANE.
Entré a clase de física acompañada de Liam, Louis y Harry y me senté lo más lejos posible de la profesora, de la que yo estaba segura que me odiaba. 
Yo nunca podía estar mentalmente en clase de física, me resultaba imposible, sobre todo después de estar 60 minutos intentando entender algo que se me hacía imposible, así que la profesora de vez en cuando me ignoraba. Y yo lo agradecía, y creo que ella también lo agradecía, por lo menos si las dos sabíamos que suspendería yo no ralentizaría las clases con mi ignorancia.

Mientras la profesora explicaba, yo me dedicaba a intentar entender el tema por mi cuenta. Intentaba leer, y releer los textos, y bueno, la teoría no era tan difícil, aunque para mí no tuviera lógica. Lo que a mí no me entraba era todo lo que tenía que ver con poner en práctica las fórmulas. 

En algún momento de la clase, todos comenzaron a hablar entre ellos, y yo desconcertada, miré por toda la clase para intentar comprender qué pasaba. Descubrí que Louis estaba sentado a mi lado, así que le pregunté a él.

-¿Me puedes decir qué pasa, Lou?
-Nos van a poner en parejas para hacer un proyecto.-Dijo levantando las cejas.
-Ah, bueno.-Dije, ya que no era tan malo, yo podía elegir a Liam.
-La parejas ya están elegidas.-Dijo Louis.

Mi cara cambió repentinamente, y miré hacia la profesora con tanta intensidad que podría haberla agujereado. O haberla hecho estallar en llamas.

-Os he puesto por orden de lista.-Dijo ella, mirando un papel y repasándolo por si había hecho algo mal.

Esperaba de corazón que hubiera hecho algo mal, porque mi apellido era Jefferson, y de la J de Jefferson a la P de Payne, había 7 letras nada más y nada menos.

-Antes de decir quién va con quién, os tengo que informar, de que las parejas, no se pueden cambiar.-Dijo, enfatizando el ‘no’.

Yo me mordí el labio rezando por que no me tocara con alguien vago, o que no me tocara con alguien borde, o mal educado, o guarro. Solo con alguien normal, que ayudara con el proyecto.

-Sally Anderson, póngase con Victoria Campter. -Comenzó con la lista.
 Así, hasta que llegó a la J.
-Ben Jasty, con Ally Jaidan. – Levantó la vista para mirarme a través del papel, y me preparé para lo peor. – Lane Jefferson, con Dylan Johannson. 

¿Dylan qué? Busqué con la mirada cualquier indicio de aquel tal Dylan, pero al no saber quién era no tenía forma de encontrarle. Cuando terminaron de hacer las parejas, vi a un chico mirarme, que era el único sin pareja, asi que suponía que ese era Dylan. Al ver que le miraba, fue hacia donde yo estaba y sonrió tímidamente.

-¿Eres Lane?-Dijo.

Asentí con la cabeza y le sonreí de vuelta. Me sorprendí bastante porque llamaba mucho la atención por su físico. Y pese a que yo no solía ser superficial, sí que me hubiera fijado en un chico como él. Podría ser modelo sin esforzarse.

                                     (Este es Dylan, hay más capítulo debajo de la foto :D)

-Parece que nos ha tocado juntos.-Dijo, sentándose en el asiento de al lado, el que antes ocupaba Louis.
-Sí.-Me reí.- ¿Qué tan bueno eres en física?
-Apruebo justo, pero yo me esfuerzo.-Pestañeó lentamente para luego mirarme fijamente.

Asentí con la cabeza e intenté organizarme.

-Vale, tenemos 3 semanas para hacer el proyecto, ¿en tu casa o en la mía? .-Dije, sacando una hoja en blanco. Al mirar a Dylan, él me sonreía. –Para hacer el proyecto.

Sacudió la cabeza y cogió un bolígrafo de mi estuche, que estaba abierto. Cogió el papel y apuntó su dirección de casa.

-¿Me apuntas tu dirección por si acaso?.-Dijo, pasándome el boligrafo para que lo cogiera.
-Claro.-Contesté, apuntando mi dirección y dándosela.
-Gracias. ¿Te viene bien hoy?
-La verdad es que no, hoy tengo cosas que hacer.-Le expliqué. Esas cosas eran darme una larga ducha y vaguear, y eso era algo que era mi obligación cumplir.  Y además, no me apetecía nada ponerme a hacer un trabajo de mi asignatura más odiada precisamente ese día.
-Bueno, entonces te doy mi número y me llamas cuando puedas.-Dijo quitándome el papel donde había apuntado su dirección para apuntar su número de teléfono también.- Llámame cuando puedas, ¿Vale?

Dylan era un chico realmente agradable y que no ponía pegas. Era simpático y parecía una persona con la que podías hablar fácilmente. Al menos, no tenía que esforzarme demasiado en la conversación porque él hablaba más que yo, y se agradecía su entusiasmo. Ya que él tenía todo el entusiasmo que a mí me faltaba.

-Claro, yo te llamo, Dylan. – Dije, mirando el papel que me había dado.
Sonó el timbre que daba por finalizada la hora.
-Bien, entonces ya hablaremos, Lane.-Dijo sonriendo.

Dylan se fue a su sitio a recoger sus cosas, y yo hice lo mismo con las mías. Me reuní con Liam, Harry y Louis en la salida de clase, ya que yo casi siempre terminaba la última.

Narra HARRY.
Cuando vi que Lane y Liam se había subido ya al coche de Liam, yo aproveché para hablar con Louis, y contarle todo de la manera más cuidadosa posible. No sabía por qué me sentía mal por esto, si yo no estaba haciendo nada malo. Pero supongo que era normal. Louis era mi mejor amigo.

-Louis, ¿podemos quedar para lo de tu coche mañana?.-Dije, arrancando el coche.
-Claro, pero, ¿Qué ha pasado?-dijo él.
-A ver, Lane me ha vuelto a pedir ayuda con física. Bueno realmente ha sido Liam, pero me ha dicho que hoy, y voy a ayudarla. –Dije rápidamente.
-¿Lane? –Dijo, frunciendo el ceño. –Está bien.-Dijo, mirando al frente.
-Louis, puedes venir si quieres.-Le dije.
-¿Para qué? Ella te ha pedido ayuda a ti.
Ahí fue cuando la situación se hizo incómoda, más aún.
-Técnicamente ha sido Liam, y Louis, yo lo hago por ayudar, no por ir a casa de Lane, espero que lo tengas claro.
-Lo tengo claro Harry. Pero a veces me gustaría saber tanto de física como tú.
Suspiré y miré a mi mejor amigo, que no me devolvía la mirada.
-Que sepas que eres muy tonto, Tomlinson, muy, muy tonto. Como si a mí me interesara Lane.-Le dije, sinceramente.
Él se rió.
-¿Todo bien, entonces?-Le dije, antes de pisar el acelerador. -¿O quieres contarme alguna otra paranoia?
Me dio un puñetazo en el hombro, y nos reímos los dos. Supuse que ya no había nada de lo que preocuparse.

Dejé a Louis en su casa, y volví a la mía, a hacer los deberes rápidamente y a comer algo, antes de ir a casa de Lane. Mi madre leía en la sala, así que me senté a su lado un momento para darla un beso y para decirla que me iba. No quería que se preocupara porque me había ido de casa, además, no me llevaba el móvil. Cogí la mochila para meter los libros de física y me metí de nuevo en el coche, sin prisa, ya que aunque no tenía tiempo de sobra, me daba tiempo a no ir demasiado rápido. 
Conduje sin prisa, yendo por el camino a la casa de Lane, que me sabía de memoria pese a haber ido una sola vez a su casa, y al llegar, miré la hora, aún quedaban cinco minutos para la que fueran las seis, pero no creí que fuera importante esperar cinco minutos más. Aparqué y me bajé del coche, cogí la mochila, y caminé hacia la puerta de su casa.

Llamé al timbre, pero nadie contestaba. Así que volví a llamar y me quedé esperando.
Unos segundos después, oí unos pasos rápidos, y supuse que Lane estaba corriendo escaleras abajo. Cuando abrió la puerta, no sabría decir quién puso la cara más épica; Si ella al ver que yo la había visto así, o yo al encontrarme a Lane con el pelo mojado y en pijama.
-Harry, ¿qué haces aquí?.- Dijo, cruzando las piernas.



jueves, 13 de septiembre de 2012

Capítulo once. (Maratón)


                   Bueno chicas, al fin me trajeron mi ordenador, asi que terminé de escribir, y lo he subido en cuento he terminado. Siento si no es tan bueno como debería, igual no está a la altura de lo que esperábais, pero al menos, he subido LOL. Y bueno, dejarme un comentario decente por favor, que esto es UN  MARATÓN, y no un caoítulo normal, thank you preciosas, un besoo.
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                                                            (UP ALL NIGHT)
                                                               Capítulo corto.

Me di la vuelta, muy sorprendida por lo que Harry acababa de decirme. Él me miraba levantando una ceja. Y su cara, no era de enfado, pero mucho menos de diversión.

-Yo no he dicho que no me vaya a quedar.- ‘’Pero lo había pensado’’.
-Pero ibas a hacerlo.-Dijo. 

Por alguna razón, mis manos empezaron a sudar, y notaba mi corazón latir más rápido de lo normal. No sabía que contestarle. Era Harry, y no tenía una respuesta para él. Lo que menos me esperaba era que hiciera lo que acababa de hacer, porque él a la mínima se cerraba y dejaba de hablar con todos, y ahora venía él a pedirme explicaciones, y me estaba poniendo nerviosa. No quería quedarme en blanco, no ahora.

-A ver.-Dije, intentando despejar mi mente. Harry parecía a punto de estallar en carcajadas. – No necesito una excusa.  Si no quiero quedarme, lo digo y punto.
-¿Quieres quedarte?-Dijo, mirándome fijamente, obligándome a ser sincera.
-No.-Dije, automáticamente. Y me sentí mal. –Pero te la debo.

¿Por qué había dicho eso? No, no, no. Yo no le debía nada. Lane, cierra la boca. Como por arte de magia, Louis entró en la cocina.  Salvándome de aquel incómodo momento. 

-¡Lane! –Dijo, y se acercó a mí, estrechándome entre sus brazos. Cuando finalizó el abrazo, dejó su brazo alrededor de mis hombros. – Esta noche va a ser intensa, ¿verdad?

-Mucho.-Dije, mirando al frente. – Party Hard. 

Me pareció oír la risa de Harry, pero no le miré para comprobarlo. Había sido un comentario muy sarcástico que solo él había entendido, mientras que Louis pensó que lo decía en serio y sonaba muy emocionado porque yo tuviera tantas ganas de quedarme a dormir en aquel sitio. ¿Harry se reía de mí? Eso hizo que mi humor subiera. Si algo sabía hacer, era reírme de mí misma. Y que Harry lo hiciera me hacía tener un halo de confianza. Si quería ir por ahí, por ahí iríamos. No podía negar que me moría de curiosidad por descubrir al Harry sarcástico. Al fin y al cabo lo primero que conocí de él fue la seriedad y la amargura. Y eso fue lo primero que él conoció de mí. Asique me preparé mentalmente para una noche intensa. Sin duda, nos quedaríamos despiertos toda la noche. (Up all night).

-Dos horas después.

Agradecí en el alma que Sheila se hubiera tomado la molestia de dejarme la sudadera que llevaba en su bolso por si hacía frío. Ella no había usado esa sudadera en toda la noche, y no la importó dejármela para dormir. Me quedaba ancha, al igual que a ella, y me tapaba todo lo que no tenía que verse. Además, era calentita. Hubiera sido raro si hubiera dormido con mi vestido. Y tuvimos que improvisarnos los pijamas, pero fue un momento muy divertido. En el cuarto de los chicos no se oían más que golpes y gritos. Y preferimos no saber qué hacían. Eran chicos, estaban locos. Además, ellos mismos nos ahorraban la preocupación cuando se oían risas locas al otro lado de la pared.  

Cuando salimos todos nos quedamos un rato más en la sala,  hablando de cualquier cosa. Ni si quiera recuerdo con claridad de lo que hablamos. Estaba muy pendiente de Elly y Sheila, que se echaban miradas con segundas intenciones. Luego, Elly me miró por un momento, y me guiñó un ojo, en señal de que tramaba algo, y que confiara en ella. Miré a Sheila, ella me miraba sonriente, y me asintió con la cabeza.

-Uf.-Dijo Elly, haciendo que todos callaran.- Estoy agotada. Muy, muy cansada.
-Ya, yo también, tengo muchísimo sueño.-Dijo Sheila.
Elly me miró.
-¿A que si?-Improvisé un bostezo, no sabía qué era lo que pretendían, pero las seguí el rollo.- Casi no dormí ayer y me pasa factura.
-Si queréis iros a dormir.-Dijo Liam.-Nosotros iremos en un rato.
-Sí, será mejor que vayamos a dormir.-Dijo Sheila.
Las dos se levantaron, así que yo las imité. Fuimos al cuarto, y ellas comenzaron a reír.
-¿Qué pasa?-Dije, muy curiosa.
-Verás.-Dijo Elly.-Vamos a elaborar un plan, para hacerles una gran broma a los chicos mientras duermen.

(NARRADOR EXTERNO)
Lo que aquellos ocho muchachos no sabían, era que estaban ideando planes contra los otros. Lo que quiere decir que, las chicas elaboraban un plan contra los chicos en la habitación de invitados, mientras los chicos hacían lo mismo en la sala. Cabe decir, que eran cinco contra tres. Y así pasaron los chicos la siguiente hora. Las chicas elaborando un plan tan clásico como las excusas, y ellos planeaban algo más complicado y asustadizo, al menos ante sus ojos. Las chicas eran valientes, eso era lo que ellos no esperaban. Aún así, Lane era bien asustadiza. Mientras que Elly era valiente y echada para adelante, y Sheila era una mezcla de Elly y Lane. Ella se asustaba, pero se negaba a creer algunas cosas que veía, y eso la hacía ser valiente.
 Es muy importante saber qué asusta a tu enemigo si vas a gastarle una broma relacionada con el miedo. Y lo que Niall, Harry, Louis, Zayn y Liam no sabían, era lo que podía hacer una chica en una situación de miedo. Lo único que ellos tenían era la reacción de Lane, que sabían cuál iba a ser gracias a Liam. Ella gritaría y daría patadas hasta quedarse afónica o coja, así que, para que la broma saliera bien, alguien tenía que ocuparse de Lane, y ese era el trabajo de Harry: Secuestrar al Lane. ¿Por qué Harry? Eso era fácil. Todos pensaron en Harry como primera opción para hacer ese trabajo. Louis no soportaría oírla gritar de terror. Liam, quería asustar a su novia, para poder consolarla luego. Mientras que Niall, iba a ser quien estuviera al fondo del pasillo, y Zayn el que las asustaría por detrás. Solo quedaba Harry.
Tras perfeccionar el plan. Las chicas, se prepararon para salir de la habitación. Sin imaginarse que Niall, estaba al fondo del pasillo, Liam al lado de los plomos preparado para apagar todas las luces de la casa, Zayn en la habitación de Harry, y Harry, metido en el baño dispuesto a agarrar a Lane en cuanto la viera.
La pelirroja, para su mala suerte, fue la primera en salir, y  Sheila y Elly, la siguieron.
En cuanto cerraron la puerta de esa habitación, se oyó una puerta chirriar; Esa era la señal que Zayn tenía que hacer, para que el plan comenzara.
Después del escalofriante sonido, todo se quedo a oscuras, y las chicas se acercaron entre ellas. Oyeron una especie de susurro, y al mirar a la zona de donde aquel horrible sonido venía, vieron una persona de negro de pie al otro lado del pasillo. Horrorizadas, las muchachas dieron un grito, pero más se asustaron, cuando vieron que Lane acababa de desaparecer.
(FIN DEL NARRADOR EXTERNO)

Oí a alguien susurrar y miré, al igual que mis dos amigas, de donde provenía aquel sonido. No me gustaba nada esto. No me sentía bien y comenzaba a sentirme nerviosa, casi entrando en pánico. Di un paso hacia atrás y noté una mano agarrarme fuertemente de la cintura, alzándome en el aire. Y noté otra mano en mi boca, silenciándome. 

Oí una puerta cerrarse, y comencé a gritar desesperadamente, debido al shock y el susto  del momento. Gritaba contra la mano de alguien. Y notaba  otro cuerpo pegado al mío. Me agarraba fuertemente. Intenté darle una patada, pero me esquivó. Y grité con más fuerza, pero la mano en mi boca ahogaba mis gritos. 

Entré en pánico. Y comencé a sacudirme, intentando soltarme por todos los medios. Estaba tan asustada que no me daba cuenta de la situación. El miedo no me dejaba pensar. Noté como me daban la vuelta y me hablaban, me sacudían de los hombros. Y al segundo, estaba apoyada contra el pecho de alguien.

-Lane. –Oí decir.- Ya está. Ya está, soy Harry, era todo una broma. Tranquilízate.

Al oír la voz, me relajé, y dejé que mi cabeza descansara en su pecho. Él me frotaba la espalda, y yo me sentía aliviada porque la situación de pánico había desaparecido. Sus brazos me apretaron un poco más. Harry debía de notarme realmente asustada. Por un momento, creí que estaba llorando, y no eran más que sollozos. Respiré lentamente contra su pecho, y cuando me calmé, agradecí que todo hubiera sido una broma. 
Espera. ¿Todo había sido una simple broma?
Bruscamente, me aparté de Harry y encendí la luz del baño. Él me miraba con los ojos muy abiertos, y yo notaba crecer mi rabia por momentos. Me abalancé hacia Harry y comencé a intentar darle puñetazos, pese a que llevaba una escayola. Pero yo no tenía nada de fuerza y él me paraba con facilidad, haciendo que me cabreara aún más.  Harry, agarró mis dosbrazos y me dio la vuelta para estamparme contra la puerta. No me hizo daño, y si lo hubiera hecho ni lo hubiera notado, yo solo quería matarle.

-¿Cómo se te ocurre?-Le dije, intentando mover las manos, pero estaban atrapadas.- ¿Estáis locos?
-Pensé que…-Dijo Harry.
-¡No pensaste!-Dije.-Dios, pensé…que era cierto. Dios.
Mi corazón latía rápidamente, y aún no había recuperado la respiración. Harry, me soltó.
-¿Estás bien?.
Iba a contestarle una burrada, pero parecía preocupado de verdad.
-Si.-Dije, apartándome de la puerta.- ¿Me dejas salir  para matar a mi mejor amigo?
-¿Te va a dar un infarto?

Nos quedamos mirándonos por un momento, y yo estallé en carcajadas. Él pareció no comprender, pero sonrió igualmente. Abrí la puerta y vi a los 4 chicos restantes riéndose hasta llorar, y Sheila y Elly con los brazos cruzados apoyadas contra la puerta. Aproveché el momento, para volver a entrar al baño a coger un par de cosas, y lentamente me acerqué a Elly y Sheila para dárselo. Los chicos hablaban entre ellos riéndose de nosotras. 

Yo abrí mi bote de champú, que había cogido de la bañera de Harry, y les guiñé un ojo a las chicas, que me miraban con ganas de venganza.

-Chicos, ha habido un cambio de planes.-Dije, atrayendo su atención
-¡VENGANZA!.-Gritaron Sheila y Elly a la vez.

En un momento, las chicas estábamos desparramando champú por todo el pasillo de Harry, yo intentaba por todos los medios echarle champú en el pelo a Zayn, porque él era el que más se preocupaba por su pelo. Él me cogió en brazos, y sin darme cuenta acabé dentro de la ducha.
Zayn encendió el chorro de la ducha, y yo le arrastré conmigo, haciendo que quedáramos los dos calados. Así, haciendo el tonto y acabando calados, pasé uno de los fines de semana más divertidos en mucho tiempo. Y también, terminé sin escayola la misma noche en la que me la habían puesto.

                                                                    ***
No se soportaban. Es más, preferían no estar el uno cerca del otro. Él pensaba que ella era igual que las demás, sin embargo, algo de ella le atraía. No era nada físico, ni si quiera le interesaba la muchacha. Pero cada vez que hablaba con ella descubría algo sorprendente de la pelirroja, y no se daba cuenta de lo lejos que había llegado hasta que a ella le brillaban los ojos de sorpresa.
                                                       
Cuando eso pasaba, él se cerraba en banda. No dejaba que la chica viera ni una señal de sus sentimientos. No quería que ella consiguiera descifrar sus pensamientos, y por ello, cortaba cualquier relación amistosa con ella. La hablaba secamente. Él y su cabezonería no podían imaginarse que aquella simple acción destrozaba los nervios y las noches de la chica. No se gustaban, pero en realidad lo hacían. Se preocupaban por los sentimientos del otro, y eso les quitaba en sueño.Puede que no hubiera amor, pero sin duda, los dos tenían ganas de descubrir más del otro. Pero los dos pensaban que era demasiado arriesgado. Pensaban que podrían caer en la tentación. Y ellos se odiaban. Pero donde hay odio…
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Capítulo diez. (Maratón)


-Yo…No puedo, el viernes tengo que ir a mi abuela.-Dijo Harry, sin mirar a un punto concreto.
-Bueno, pues ya nos divertiremos nosotros por ti.-Dijo Louis, haciendo que los demás se rieran.

Todos rieron, menos yo. Simplemente me quedé mirando a Harry incrédula. ¿De verdad me había dicho que no? No quería ser así con él, no quería que no llevarme bien con él fuera un problema para que saliéramos todos juntos. Incluso había tenido esperanzas de que nos lleváramos algo mejor. Pero no. Al parecer todo lo que tenía que ver conmigo le repugnaba, le daba asco, le echaba para atrás.

Aparte la mirada, y miré mi plato vacío.
No lo entendía. Él me había ayudado con los estudios, había habido tranquilidad. Ni peleas, ni malas miradas, ni contestaciones bordes. Yo pensé que no le importaría venir, después de todo. Pero él siempre tenía que ser así. Y eso me hartaba, ya era hora de que esto cambiara.
Me levanté cabreada y le miré directamente a los ojos. Todo el mundo calló, y me miró.

-¿Sabes Harry? Quizá no quieras venir porque soy yo la que he intentado invitarte, pero al menos podrías venir por amabilidad. Lo siento si te he molestado con mi educación.-Notaba la rabia. Notaba mis ojos escocer. Notaba mis mejillas arder. Pero al menos, había tenido agallas de decirle lo que necesitaba que saliera de mí, por fin.

Salí de allí rápidamente, llena de malestar. Estaba harta de que Harry me hiciera de menos. De que me mirara mal. De que no pusiera de su parte. Yo podía aguantar mucho, pero no a una persona que no apreciaba el esfuerzo de otra persona.

Cogí mi mochila y salí del campus, todavía quedaban dos horas para que terminaran las clases, pero me dio igual. Caminé hasta  la casa de Liam, que era con quién me apetecía estar ahora. Él fue el que me abrió la puerta, y se sorprendió de que estuviera allí. 

Le conté lo que había pasado y él como siempre, escuchó sin interrumpirme hasta el final.
-Pues yo creo que Harry dice la verdad.-Dijo él, con voz normal, ya que poco a poco se estaba mejorando.
-¿Porqué Harry iba a querer venir?-Contesté.
-Yo no conozco demasiado a Harry, pero él no es un mentiroso. Y con tal de hacer el favor, incluso aunque fuera a ti, él iría, estoy seguro.
-¿Y si me haría el favor, entonces porqué le caigo tan mal?
-Igual no le caes mal.-Dijo él.-Igual simplemente le has malinterpretado, Lane.
Reí sarcásticamente.
-He visto como os trata a todos. No entiendo qué le he hecho yo para que sea un borde conmigo.
-Bueno Lane, dejemos que pase un tiempo, ¿vale? Y aunque esto no te guste, igual sería bueno que te disculparas con él.
Me quedé callada. ¿Pedirle perdón? ¿La situación se había vuelto tan violenta como para que tuviera que pedirle perdón? Yo no quería pedirle perdón. 

                                                              ***

El jueves llegó, y con él, llegó la vuelta de Liam, el que estaba totalmente recuperado y había venido a buscarme a casa como siempre solía hacer. Sin embargo, no mantuvimos ningún tipo de conversación en el coche, ya que yo iba más pensativa que otra cosa. Con muy buenas expectativas sobre aquel jueves, entré con Liam en el campus. Le contaría mi plan cuando ya estuviera hecho, para así tener la mente libre, a medida de lo posible. Ya que no quería que  Liam me hiciera pensar demasiado en el plan. Yo sabía que no lo hacía por Harry, si no por arrepentimiento, y porque Liam era como mi conciencia, y me hacía sentir remordimientos. Debía añadir, que últimamente había actuado como una niña demasiadas veces, así que debía plantearme el comenzar a actuar como una adulta. O al menos, como una adolescente con…Algo de cabeza.

Me pasé gran parte de la tarde del día anterior pensando en lo que pasó. Y me sentí estúpida, porque era cierto que yo no sabía si Harry decía o no la verdad. Y le chillé, como una niña pequeña. Y yo no era así, o eso creía. Porque desde que llegó Harry no había hecho más que estupideces. Asique estuve toda la tarde pensando en cómo pedirle perdón. Estaba dispuesta a tener una tregua con él, a llevarme bien con él. Y si no podíamos llevarnos bien, al menos no habría malos rollos. Estaba convencida de que podía conseguirlo.

Llegamos a clase y Liam se incorporó rápidamente a clase, venía al día y con los deberes hechos, por no hablar de que él había estudiado más que yo para el examen de la semana que viene, lo que no significaba que yo no hubiera estudiado. Es más, lo había hecho, pero no tanto como Liam.  Todos los profesores le elogiaron, e insinuaron que algunos deberían tomar ejemplo de él. Claramente eso no iba por mí, ya que yo también llevaba los deberes hechos y estudiaba para los exámenes.
Mientras Liam me ayudaba con un ejercicio,  yo no hacía más que mirar la puerta de reojo. No quería ir directamente a Harry. Igual podía preguntarle a Louis, pero eso probablemente haría que pareciera que me estaba aprovechando de él. Que en parte era lo que era, ¿no? Porque solo iba a preguntarle por Harry. Me sentía mal por eso. Pero así a lo mejor ya no tendría que preocuparme por sentirme mal por algo que me pasara con Harry nunca más.

Dejé de pensar en ello cuando Liam me repitió por tercera vez que prestara atención. Y lo hice. Porque Liam enfadado era un peligro. Aunque yo nunca le había visto enfadarse conmigo de la misma forma en la que se enfadaba con otra gente. A mí simplemente me daba la razón como a los tontos en medio de la discusión. Eso era cuando era él el que se enfadaba conmigo.
En cuanto tuve oportunidad de salir de clase, fui a buscar a Louis. Le vi en la salida del campus, al lado del Range Rover negro de Harry. No sabía si él podía estar allí, pero igualmente era una ventaja que Louis estuviera junto al coche de Harry. Caminé hasta allí y puse una mano en el hombro de Louis. Él se dio la vuelta con mala cara, pero sonrió algo al verme.

-¿Te pasa algo?-Le dije.
-Íbamos en el coche y casi chocamos con algún gilipollas.-Dijo.-Pero no importa. ¿Tú querías algo, Lane?
-Yo venía a buscar a…-Mi voz se fue apagando a medida que Harry aparecía desde la parte trasera del coche. Se guardó las llaves del coche en el bolsillo y me miró entrecerrando los ojos.
-¡Ah!-Dijo Louis, como recordando algo importante.- Al final Harry viene mañana con nosotros.

 Sus palabras fueron como un golpe. Me hizo sentir como una egoísta. Podía ser que Harry no estuviera mintiendo y hubiera cancelado sus planes por lo que yo le dije. O podía ser que venía porque le había pillado en medio de una excusa. Sin embargo, algo en su mirada me decía que no había mentido. Me miraba con culpabilidad y rencor. Y tuve que apartar la mirada, ya que des intencionadamente Harry me estaba haciendo sentir muy, muy pequeña con esa mirada tan simple.
Mi plan de pedirle perdón y hacer las paces con él se había visto extremadamente frustrado. Casi le había obligado a venir indirectamente. Ahora entendía por qué me odiaba. 

Y ahí fue cuando me di cuenta. Harry no era mala persona, sino todo lo contrario. Harry no ponía excusas, si no que de verdad tenía otras cosas que hacer. Harry tenía sentimientos: Se sentía mal por los demás. Por eso me ayudó, y probablemente lo haría si se lo pedía de nuevo. Porque él era una buena persona, y yo le había hecho sentir culpabilidad, el sentimiento más pesado de todos.
Sintiendo una ligera molestia en el pecho, evité mirar a Harry a los ojos
. Simplemente no me atrevía a mirarle.

-Bueno, Lane. ¿A quién buscabas?
-¿Sabes? No importa.- Dije, tragándome las ganas de rogar a Harry que me perdonara. Él era una buena persona. Y yo, una vez más, me había portado mal con él.
-Lane, sabes que puedes pedirnos lo que sea.-Dijo Louis.
Harry le miró de reojo, y luego volvió a mirarme.
-Sí, sí. Ya lo sé.- Dije aclarándome la garganta.-Pero…Eh…Me he acordado que lo que busco lo tiene Liam, pero gracias igualmente.

Sonreí y les saludé con la mano a modo de despedida, alejándome rápidamente del ridículo que acababa de hacer. ¿Qué iba a hacer ahora? Harry estaría mañana con nosotros y yo seguramente no podría mirarle a la cara. De nuevo me sentía algo patética. Qué vergüenza. Debería dejar de intentar que las cosas salieran bien con Harry. Básicamente porque nunca salían bien.


VIERNES, EL DÍA DE LA FIESTA.

-¿Entonces me estás diciendo que le pediste perdón?- Me dijo Liam mientras conducía de camino a clase.
-Que no, Liam.- Dije, exasperada.-Lo intenté, pero al parecer, cuando intento hacer algo para mejorar el mal rollo, él ya ha hecho algo mil veces mejor y me hace sentir mal conmigo misma, Harry ahora me parece tan buen chico que me siento mala persona.
-Asique al final nunca hay buen rollo, ¿no?
-No.-Contesté.
Liam intentó no reírse, pero no pudo evitar soltar una carcajada.
-Parecéis un matrimonio, y eso que apenas habláis.
-Gracias, Liam, de verdad, adoro tu apoyo incondicional. –Dije sarcásticamente.
Él volvió a reír.
-No te sientas culpable Lane.-Dijo, ahora poniéndose serio.-Yo creo que las cosas se solucionarán. Simplemente pásatelo bien esta noche.
Lo pensé.
-Tienes razón.-Cambié de tema rápidamente.- ¿Qué tal el libro?
-¿Qué libro?- Dijo pensativo- ¡Ah! El que me regalaste. Pues es tan bueno que ya me he leído la mitad.
-¿La mitad? Pero si te lo di hace un par de días.
-Ya, por eso te he dicho: ‘’Es tan bueno que…’’
-Que tonto eres Liam.-Dije riéndome a la vez que le daba un suave puñetazo en el hombro.
Entre bromas y risas llegamos a clase. Y el día pasó rápido, ya que como expliqué, los viernes en clase me resultaban divertidos.

Cuando llegué a casa, tuve que cuidar de Juliet, lo que no me importaba lo más mínimo. Dado que ya había aprendido a hacer que dejase de llorar. Si después de cambiarla, darla de comer y jugar con ella no se había relajado aún, me la ponía en el pecho y la daba suaves palmadas en la espalda; Tal y como Harry hizo.

Estuve pensando en qué ponerme. Y me acordé del vestido rosa que manché de vino y llevé a la lavandería. Me venía de perlas hoy. Agradecí haber llevado el vestido a la lavandería en el momento en el que me vi sin nada que ponerme. ‘’Vaya pija’’. Diréis. Pero simplemente no me gustaba ponerme la misma ropa dos sábados seguidos. Es más, pensaba regalar el vestido que me puse el día de la fiesta de Eithan. O quemarlo, lo que fuera más fácil.

Cuando mi tía vino a por Juliet, solo me quedaban cuarenta y cinco minutos para prepararme. Asique me enfundé el vestido rosa a toda prisa y corrí al baño como si no hubiera un mañana, para humedecer mi pelo con las manos, de modo que se me onduló aún más. Me maquillé un poco más de lo que ya estaba y corrí a ponerme unos zapatos sin tacón que pegaran con el vestido. El vestido tampoco era gran cosa, por eso lo llevaba hoy, porque iba a ser bastante informal. Exactamente igual que el vestido.

Salí de casa y caminé hasta la casa de Liam, donde habíamos quedado todos. Obviamente si la quedada era para alegrar a Liam después de haber estado enfermo, lo lógico era quedar en su casa. Por suerte, no había llegado tarde, allí estaban: Sheila, Louis, Niall, Zayn y Harry. Solo faltaban Elly y Liam. Y este último era imprescindible. Nada más llegar yo a la puerta de Liam, Elly y Liam salieron por la puerta. En ese preciso momento mi cabeza empezó a darle vueltas. ¿Qué hacían Liam y Elly en la misma casa? Es más, ¿qué hacían en casa de Liam? Y caí. Recordé cuando Liam me dijo que esa noche pediría salir a Elly, y probablemente eso habían hecho. Le miré sonriente, y él, al verme, me giñó un ojo, sonriendo también. Les saludamos y no perdimos más tiempo. Nos organizamos  para ir en los coches. Solo tenían coche Liam y Harry, por lo que ellos nos llevarían. Nos organizamos así: Elly, Sheila, Niall y yo iríamos con Liam. Zayn y Louis iban con Harry. Yo me puse detrás con Sheila y Niall, mientras que la nueva parejita se ponían alante.

En el viaje, descubrí que iba en medio de dos insanos mentales. Tanto Sheila como Niall estaban tan locos que me faltaba oxigeno para reírme tanto. Y me faltaba rímel para todo lo que estaba llorando de la risa.

Había algo en Niall y Sheila que me gustaba mucho. Y sinceramente, me moría de ganas de pasar más tiempo con ellos dos. Les adoraba sin casi conocerles. Y eso me gustaba. Me encantaba.
Llegamos allí. Liam al parecer nos había llevado a una bolera. Me encantaban los bolos. Salimos todos del coche. No faltó el Liam caballeroso que todos conocemos, que le abrió la puerta a Elly. Por alguna razón, me sentí orgullosa de Liam en aquel momento. Supongo que la mayoría de chicas querían un chico como él. Sin embargo, yo le tenía como mejor amigo, pero aún así, soñaba con un novio que por fuera divertido y extrovertido, y por dentro con un corazón tan puro como el suyo.
Suspirando de orgullo hacia mi mejor amigo, entré detrás de ellos. Pedimos la pista y los zapatos, elegimos los grupos, y comenzamos la mini-guerra.

Zayn, Elly, Louis y Harry era uno de los grupos, el otro grupo lo formábamos Liam, Sheila, Niall y yo. A Liam y a Elly les llovieron las bromas por parte de todos, ya que la parejita estaban en diferentes grupos. Zayn y Louis discutían la posibilidad de que Liam dejara ganar a Elly y viceversa. Niall simplemente reía, y Sheila y yo nos dábamos codazos costilleros mientras levantábamos las cejas sugerentemente.  

Entre risas, comenzamos la partida, y con fuerza, cabe decir. Zayn contra Liam, que no eran para nada malos. Zayn derribó 6 bolos a la primera y otros 3 en la segunda tirada, por lo que tiró todos los bolos, aunque no de strike. Mientras que Liam, tiró ocho a la primera, y el último bolo no pudo tirarlo. Ellos vitorearon a Zayn y nos dedicaron toda una serie de gestos de burla, mientras que nosotros animábamos a Liam mientras reíamos por la estupidez de los del equipo contrario.
Tirada tras tirada, el marcador iba completándose, y cada vez, los equipos estaban más empatados. Liam hizo strike, y Sheila volvió a hacer strike seguido a Liam, por lo que ganábamos al otro equipo por 15 puntos, cuando solo quedaban dos turnos más.

En tensión, Louis y Niall tiraron la penúltima tirada, ganado Louis, y quedando los dos equipos en absoluto empate. Y solo quedaba la última tirada, la decisiva. La que diría si ganábamos nosotros o ellos, y me tocaba tirarla a mí. Harry cogió su bola, y me miró apartándose el pelo de la cara. Podía ver en su cara la competitividad y las ganas de ganarme. Y con los gritos de ánimo de nuestros compañeros escuchándose de fondo. Harry y yo nos desafiamos con la mirada. Se me escapó una sonrisa maliciosa, y él levantó la cabeza en un gesto de superioridad, lo que me hizo entrar más en el juego. Y eso que yo no solía ser competitiva para nada.

Cogí yo mi bola, y los dos nos pusimos en posición. Ajusté mis pies a la pista para no resbalar, y calculé de tal forma que pudiera tirar todos los bolos. Como si el tiempo fuera a cámara lenta, los dos jugadores cogimos carrerilla para tirar con más fuerza. Harry tiró con facilidad, mientras que yo, al tirar, oí como el hueso de mi muñeca se desencajaba, haciendo un ruido de ‘clac’ que me resultó horrible. La bola de Harry dio perfectamente a los 9 bolos, mientras que mi bola cayó en el hueco, haciendo que se fuera por el otro conducto. 

Todos vitorearon a Harry y me daban palmadas en la espalda a modo de ánimo sin darse cuenta de la situación. Mi mano estaba en una posición imposible, y el dolor era bastante fuerte. Intenté no gritar,  y busqué a Liam con la mirada, que ya me estaba mirando con preocupación. Corrió hacia mí, y se dio cuenta de lo que pasaba. 

Todos callaron y se quedaron mirando. Yo respiraba lentamente, ahogando mis gritos, pero cerrando los ojos con fuerza para no mirar mi muñeca.
-No tiene buena pinta.-Dijo Liam.
-¿Tú crees Liam, tú crees?-Dije sarcásticamente, pero con los dientes entrecerrados.
-Te llevo al hospital.-Dijo, y se dirigió al resto de la gente.- ¿Ahora iréis a tu casa, Harry?
-Si.-Le oí decir.
-Vale, pues ir en el coche de Harry, yo me llevo a Lane al hospital.
Levanté la mirada a tiempo de ver como Harry asentía con la cabeza rápidamente, casi preocupado.
 Mientras Liam y yo dejábamos los zapatos de bolos y caminábamos hacia su coche, se acercó a mí  para susurrarme en el oído.
-Lane, tú, y solo tú, te rompes la muñeca jugando a los bolos.

NARRA HARRY.

Hice un tiro perfecto. Un strike. Tras ello, miré la pista de Lane para comprobar que no me había ganado, pero al ver que no había tirado ningún bolo, no pude evitar mirarla. Lane se agarraba la mano con fuerza y apretaba los labios para no gritar. Bajé la mirada hacia su mano, que parecía algo deforme. Su muñeca estaba fuera de lugar, torcida a la derecha desde el hueso. Estaba rota. En cuanto me di cuenta, intenté acercarme para ver si estaba bien, pero Liam había sido más rápido, así que me quedé mirando desde mi sitio. Tras una pequeña conversación entre ellos, Liam nos dijo que les esperáramos en casa. Yo quería ir al hospital, yo quería llevar a Lane, porque me había preocupado. Supongo que en cualquier caso tenía lógica que fuera con su mejor amigo, el cual la iba a distraer hablándola, y la iba a tratar con mucha más delicadeza de lo que yo podría hacer dado nuestro limitado contacto. 

En cuanto llegamos a mi casa, Louis y yo pensamos en hacer la cena mientras Lane y Liam llegaban. Zayn y Niall estaban en el salón, mientras que Elly y Sheila, estaban ayudándonos en la cocina, hablando entre ellas con preocupación sobre Lane. Louis y yo escuchábamos su conversación, pero permanecíamos callados. 

Terminamos de hacer la cena, y pusimos la mesa, con cubiertos, y todo lo necesario. Cuando volví a la cocina para coger la jarra de agua, Louis tuvo una idea.
-¿Tu casa está libre, no?-Dijo, sonriendo.
-Ahá.-Asentí.
-¿Porqué no nos quedamos todos a dormir hoy?
Lo pensé, pero no me dio tiempo a contestar a Louis porque sonó el timbre. Caminé hasta la puerta y abrí. Liam y Lane aparecieron riéndose, y yo me sentí aliviado. Aunque ahora el brazo de Lane se veía cubierto por una escayola.
-Hola Harry.-Dijo Liam, entrando.
Lane dudó un poco.
-Pasa, Lane.-La dije.

Ella me sonrió tímidamente y entró. Todos la preguntaron qué tal estaba, mientras poníamos la comida en la mesa. Louis no la quitaba el ojo de encima, y le prestaba más atención que nadie. Ella no se veía agobiada, es más, estaba siendo agradable pese a que la estaban haciendo cientos de preguntas.

Comimos todos juntos, mientras Liam se reía cariñosamente de Lane por haberse roto la muñera jugando a los bolos. Ella simplemente le miraba con falso odio, pero la entraba la risa al instante.
En cuanto terminamos de comer, pensé en lo que Louis me dijo, y lo comenté en voz alta. 

-¿Os apetece quedaros hoy a dormir aquí? La casa estará libre esta noche.

Todos asintieron con la cabeza, animados. Lane al parecer entró en shock, y no contestó, pero nadie la preguntó.
Me levanté para comenzar a recoger platos, y Lane fue a la cocina a dejar unos cuantos vasos. Aproveché, y la seguí, para estar solos en la cocina. Me acerqué a ella por la espalda, y se lo dije en bajo para que nadie me oyera.

-Yo tenía la excusa para no quedar hoy, y sin embargo lo cancelé y fui con vosotros, ¿tú que excusa tienes para no quedarte a dormir?