martes, 23 de abril de 2013

Capítulo Veintinueve.

HOLA CHICAS!
LO SIENTO! Sé que he tardado SIGLOS en subir pero he pasado una época dificil y ahora que estoy bien tengo energía para escribir 1000 cosas! (de hecho, he empezado una novela en Inglés, lo cual es mi mayor logro en la vida :3)  Y ESO. Sí, solo queda un capítlo más. SOLO UNO. La próxima vez que suba será para terminar la temporada :( PEROOOOO como dice Lou live in the moment because everything else is uncertain :3
Y eso.
Esta vez os dejo una cover mía cantando Wayfaring Stranger de Ed Sheeran, espero que os guste! 

Gracias por ser pacientes y seguir aquí, y gracias por las casi 29000 visitas! :) OS quiero!
                                                                ***


Me levanté de la mesa de mi clase de la autoescuela y entregué mi primer examen. La suerte estaba echada. Y en ese momento mi mente tenía que pasar a otra cosa, y esa cosa era Elly. Cogí mi bolso-bolsa y me encaminé con paso rápido hasta el hospital. 

Fui directamente hasta su habitación ya que Liam me había dicho qué número era.  Llamé a la puerta con cuidado, y cuando la abrí, me encontré un círculo de mis mejores amigos alrededor de una camilla de hospital. Allí estaban Dylan, JJ, Izan, Niall, Zayn y Liam.

-Oh, ¿en serio? Dejarme verla,  idiotas. –Dije con tono de enfado.

Los seis me miraron y empezaron a reírse. Liam me hizo un hueco entre Niall y él y me puse en medio de los dos.

-Hola, Elly. –La dije dándola un abrazo suave.
-¡Lane! Te echaba de menos. –Dijo con una risita.
-Yo también a ti. –La sonreí.- Mira lo que te he traído. 

Todos nos prestaban atención. Yo cogí mi bolso-bolsa y saqué de él una gran bolsa de regalices de todos los colores y ositos haribo. Se los di y ella empezó a reírse a carcajadas.

-Me encanta. –Dijo abriendo la bolsa de regalices y cogiendo uno rosa. -¿Queréis?

Todos cogimos un regaliz y en ese momento yo me fijé bien en su cara. Estaba aún un poco pálida y tenía unas ojeras que normalmente no tenía. Pero por otra parte, su cara era más o menos saludable. Me pareció algo extraño. 

-Bueno, ¿y qué te han dicho? –Dije, como que no quería la cosa.
-Mañana me dan el alta. –Dijo con alegría. –Y menos mal porque este sitio es horrible. La primera noche fue horrible. Luego Liam se quedó a dormir y ya no fue tan horrible. –Elly sonrió con dulzura a Liam. Y Liam apretó con suavidad la mano de Elly que no había soltado desde que había entrado por la puerta.

Me sentía como si siempre tuviera que cuestionar si sabía toda la información o no. Pero realmente pensaba que había algo en esta situación que no era normal. Había algo que Liam no me había contado. Y lo podía saber no solo por su expresión pensativa, si no porque no había hablado en todo el rato.  Pero solo Liam estaba callado, Elly estaba mejor que Liam. Probablemente era una información que solo Liam tenía, o que a Elly no la preocupaba. Pero aunque conocía bien a mi mejor amigo, no iba  a presionarle, ni si quiera iba a sacar el tema, porque veía el cansancio en la cara de Liam, y no me refería al cansancio físico. Si él quería contármelo, ya lo haría. 

Liam me cogió de la mano silenciosamente. Y la apretó con fuerza. Me asusté. La última vez que Liam me había cogido de la mano fue en agosto, cuando estuvo a la espera de los resultados que le dirían si su riñón estaba bien o no. ¿Qué coño estaba pasando? Le devolví el apretón para que supiera que le apoyaba aunque no tuviera ni idea de lo que pasaba. Así que era grave, supongo. Liam estaba nervioso, y eso me preocupaba. 

Tras estar un buen rato con Elly, era la hora de irse, y Liam aún no me había soltado la mano. Rezaba porque me lo contara y tuviera solución.

-¿Quieres que te lleve a casa? –Me dijo Liam cuando todos empezaron a despedirse de Elly. Asentí con la cabeza. –Vale. 

Me acerqué a Elly y la abracé con suavidad de nuevo. 

-Adiós Elly, pasa buena noche. –La besé en la mejilla.
-Eso espero. –Dijo, aún con la sonrisa en la cara.

La sonreí de vuelta y me aparté para observar a Liam. Liam se agachó y la dio un suave beso en los labios y la abrazó por unos segundos. La dio un suave apretón en la mano y la sonrió, y se despidió por última vez. Era increíble cómo Liam escondía sus preocupaciones a Elly, pero no podía hacerlo conmigo. 

Salimos de la sala, y cada uno se fue por su lado, tras valorar el estado de Elly, pero por supuesto, Liam no dijo nada. Después de despedirnos de nuestros amigos, Liam y yo caminamos hasta su coche. Me daba miedo preguntar, así que cerré la boca.

Él encendió el motor y comenzó a conducir. Soltó un gran suspiro.

-No tengo nada de ganas de volver a mi casa. –Susurró.
-Pues vente a la mía. –Dije, sin pensármelo dos veces. -¿Por qué no quieres volver?
-Porque me avasallarán a preguntas que no me apetece contestar porque estoy muy cansado. –Dijo, saltándose un semáforo en rojo.
-Vale, pero no hagas el tonto, que estés enfadado no quiere decir que tengamos que morir en la carretera.
-Pero estaba la calle vacía. –Se quejó. -¿Me puedo quedar en tu casa entonces?
-Claro. –Le aseguré. –Yo no te obligaré a que me contestes a preguntas.
-Lo sé. –Dijo, mirándome un momento para sonreírme.
-Ai Liam. –Suspiré levantándome de mi asiento y dándole un beso en la mejilla. ¿En qué lío se habría metido ahora?

                                                                            ***

Sonó el despertador como cada mañana, solo que esta vez me desperté con una sensación de seguridad en mi cuerpo. Me sentía calentita y a gusto, no tenía estrés, ni preocupaciones. Me di cuenta de que era porque estaba durmiendo con mi mejor amigo. Y volvieron mis preocupaciones cuando me acordé de todo lo que había pasado en esa semana. Ese día era el gran día. Ese día por fin mataríamos dos pájaros de un tiro con Eithan. Levanté un poco la cabeza y mí la cara de Liam de lleno. Seguía dormido. No nos habíamos rozado en toda la noche lo cual era extraño porque Liam casi siempre me tiraba de la cama o me dejaba en una esquina. Sin embargo, esa noche había dormido mejor que muchos otros días. 

Moví suavemente a Liam y él comenzó a abrir lentamente los ojos. Los entrecerró debido a la luz y soltó un quejido. Me reí.

-Levántate o llegaremos tarde a clase. –Dije, y con voz dramática añadí. –Y hoy es el último día, Leeyum, ¡el último día!

Oí su risa y se estiró en la cama. 

-Sí que estás animada. –Dijo con voz somnolienta.
-¡Porque grandes aventuras nos esperan hoy! –Dije levantando el puño en el aire con más dramatismo.

Liam siguió riendo y se sentó en la cama.

-Buenos días. –Me dijo.
-Buenos días. –Le contesté. –Voy a ducharme rápidamente, si quieres desayunar ya sabes dónde está mi madre y si quieres ducharte espera cinco minutos. 
-Como cada vez que vengo. –Levantó una ceja.
-Exacto. –Dije, saliendo de la cama y cogiendo mi ropa para meterme al baño. –No tardo, ve a desayunar si quieres. 

Asintió con la cabeza y yo me metí en el baño. Me duché y vestí rápidamente y me sequé el pelo con más rapidez aún. Salí y Liam estaba en mi habitación con la ropa cambiada y totalmente despejado. 

-Ayer hiciste el primer examen de la autoescuela, ¿verdad? –Dijo, sentándose en la cama. Asentí con la cabeza. -¿Qué tal te salió?
-Yo creo que bien, no estoy preocupada. Hoy tengo el otro. –Comenté.
-Por fin te sacarás el carnet. –Dijo con una sonrisa. –Ven, siéntate, tengo que hablar contigo.
Supongo que me iba a contar lo del día anterior, así que me senté a su lado y le miré fijamente.
-Supongo que ya te habrás dado cuenta. –Dijo.
-Sólo de tu humor ayer. –Contesté. –Sinceramente ni se me pasa por la cabeza lo que puede estar pasando.
-Bueno, pues voy al grano. –Dijo. –No es un tema fácil ni nada que me agrade y quiero soltarlo lo antes posible, Elly no es anémica.
-¿Cómo que no? –Dije con confusión.
-No. Quiero decir, sí, ahora está anémica pero su estado natural no es ese. Tiene mareos, anemia, está cansada, apenas puede caminar, no la viene el periodo…-Fue enumerando los síntomas. –Elly tiene anorexia.

¿Qué? ¿QUÉ? Me quedé callada. ¿Anorexia? Liam me miraba con cautela, esperando a que reaccionara. En ese momento comprendí muchas cosas. No supe que decirle, así que simplemente le abracé.
Liam me devolvió en abrazo y respiró hondo. Me dio la impresión de que le agradaba más la idea de ser padre que la de que su novia fuera anoréxica. 

-¿Sabes? –Dijo, con la cabeza apoyada en mi hombro. –Me duele saber que podría haberlo notado antes, que no tendríamos que haber llegado al extremo en el que Elly acabara en el hospital. Y ella no sabe que lo sé, pero aún así, Elly va a salir de ahí. Vamos a clase, anda. 

Se separó de mí y se levantó de la cama. Yo tenía muchas cosas que decir, pero él no estaba de humor para preguntas y tenía que respetarlo. Pero sin duda, había entrado en shock.

                                                                      ***

-Vale. –Dijo Liam, bajando del coche después de aparcar. –Voy a hablar con Dylan, creo que tenía más planes sobre lo de hoy. –Se paró frente a mí en medio del aparcamiento y me cogió de los hombros. -¿Segura de que quieres hacerlo? 

Asentí con la cabeza. Él me copió e hizo lo mismo, y después me abrazó.

-Hoy todo va a salir bien, ya verás. –Dijo en medio del abrazo. Me besó el pelo y se separó. –Voy a buscar a Dylan, ¿vale?

Asentí de nuevo y me quedé apoyada en el parachoques del coche de Liam. Cuando él se fue, en el momento en el que él entraba por la puerta, Louis, Sheila y Harry salían por ella. Ninguno se habló. Harry caminaba mirándose los zapatos mientras Sheila le murmuraba algo a Louis. Se me hizo un nudo en la garganta. Harry levantó la cabeza y tras mirar un rato al frente me vio. Les dijo algo a Louis y Sheila, que se miraron entre ellos y asintieron con la cabeza. Harry se fue de ahí y caminó hacia mí. Sheila y Louis fueron por otro camino. El nudo en mi garganta se hizo más grande. No tenía forma de huir ni de hacer tiempo, Harry me había visto, y yo había visto a Harry, y lo peor es que él sabía que le había visto. ‘’Lane, da la cara de una vez. ’’ Mi subconsciente me dio una puñalada por las espalda, pero tenía razón, tenía que dar la cara.

-Hola. –Dijo Harry, parándose justo enfrente de mí. 

Yo me quedé apoyada en el capó del coche de Liam con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta como si no me importara demasiado, pero realmente estaba a punto de ponerme a temblar.

-Hola. –Mi voz sonó demasiado baja, me aclaré la garganta. 
-¿Podemos hablar? –Dijo,  mirándome con cautela. 

Asentí con la cabeza sin pensármelo. ¿Entonces acababa de llegar el momento? ¿Por fin Harry sería sincero conmigo? 

-¿Te pasa algo conmigo? –Dijo, y luego movió la cabeza a un lado. –Quiero decir…Nunca nos hemos llevado bien pero después de estos días que no han estado…del todo mal, ¿te pasa algo? Un día me dices todo lo que piensas y al día siguiente te alejas, es muy confuso.

‘’ ¡Tú me hacías lo mismo!’’ .Me guardé el comentario ya que Harry se había interesado por mí. Le preocupaba. Sentí un hormigueo subir por mis brazos y piernas, y tragué saliva. Era la hora de ser sincera. Era todo o nada.
Cogí aire y él cambió su peso de un pie al otro, él también sabía que había llegado la hora.

-Desde que…desde lo de Sheila, han cambiado mucho las cosas, tú lo sabes. –Le miré y él asintió con la cabeza. Ya tenía su atención, por lo que continué.

>> Ese día fue el mejor día que tuvimos…Ya que por una vez no peleamos, y bromeamos y quedamos en ser amigos y eso me gustó, tú dijiste que pasaría lo que tuviera que pasar lo que en un principio me pareció bien. Pero luego…Luego te juntaste con Sheila, me dio mucha rabia porque yo quería que estuvieras en el grupo en el que yo estaba…Y en el fondo sabía que te ibas porque Louis iba. Y Louis iba porque Sheila ya había estado comiéndole la cabeza desde mucho antes. Pero eso no quitó que me molestara, y después os quedasteis aparte, os alejasteis y eso me dio desconfianza, no sé qué pensar de ti pero está esta parte de mí que quiere creer todo lo que dices y que quiere responder a todo lo que pienso y dudo de ti. Pero simplemente no puedo si no sé la verdad sobre lo que piensas. Necesito saber qué es lo que piensas y qué es lo que está pasando.

Me miraba fijamente a los ojos y eso me intimidaba, pero no aparté la mirada en ningún momento, ya que Harry realmente no me estaba mirando, estaba pensando en todo lo que le había dicho. Seguro que no se esperaba algunas cosas. Yo sentí que el nudo de mi garganta había desaparecido. Solo sentía una desagradable sensación de nerviosismo en mi pecho, y la culpa solo era de la simple presencia de Harry. Recordé que Harry no tenía ni idea del plan que teníamos contra Eithan, y tampoco se lo conté. 

-Lo cierto es que yo no encajo ahí. –Dijo, tras un momento de silencio. –Estoy con Louis porque es mi mejor amigo, pero sé que yo ya no soy el suyo. Realmente no sé por qué estoy allí, igual es porque pienso que ya no queréis que volvamos ninguno de los tres. No me gusta lo que Sheila ha hecho con Louis y tampoco yo sé que es lo que Sheila le ha hecho, así que no puedo decirte qué es lo que pasa, porque yo tampoco lo sé.

¿Así que Harry no tenía nada que ver con ellos? Un gran alivio se mezclo con una sensación de rabia. No quería que Louis saliera perjudicado pero ya era demasiado tarde.

-¿Eso significa que…Louis y tú ya no sois amigos? –Pregunté.

Él se encogió de hombros y no dijo nada, pero parecía como si le doliera de verdad.  Se me revolvió el estómago.

-Yo…No quería. –Dije, notaba mis ojos húmedos y el nudo en la garganta había vuelto. – No quería hacer daño a Louis, y menos romper vuestra amistad. Ni siquiera…Me esperaba esto. Joder. –Me tapé la cara con una mano. –Esto se podría haber evitado. 

El timbre sonó pero no me moví del sitio ni cambié de postura. Harry tampoco se fue. Noté como Harry me abrazaba poco a poco y yo no sabía qué hacer, me sentía peor aún ahora. Tenía la cara hundida en el pecho de Harry, y él tenía la barbilla apoyada en mi cabeza.

-Lo he destrozado todo.-Dije con voz ahogada por las lágrimas. –He hecho daño a una persona y he destrozado lo que fuera que tuvierais durante años. No sé ni cómo puedes seguir hablándome.
-No te culpes.-Oí que decía, mientras frotaba mi espalda para animarme. –Yo tampoco he actuado bien.
-¡No hagas cómo que no te importa! –Dije, intentando apartarme de él, pero no me dejó. – No hagas como si te diera igual que Louis se haya alejado por mi culpa, en vez de abrazarme a mí deberías estar intentando arreglar vuestra amistad. Eran años Harry y lo he estropeado. Es imposible que no te duela. ¿Por qué estás aquí conmigo en vez de con él?

Seguía con la cara hundida en su pecho y cada vez me sentía peor. ¿Cómo podía haberme elegido a mí? 

-Porque no me sentiría mejor con ninguna otra persona en este momento. –Susurró.

Eso me hizo llorar más.

-¿Te duele? –Le dije. –Lo de Louis.

Se calló durante un momento y noté cómo suspiraba, creo que ese era el abrazo más largo que nadie me había dado nunca.

-Sí. –Contestó en voz baja.

Sentía cómo si me estuviera ahogando. Dos personas estaban sufriendo por mí. Era un monstruo, no me merecía que nadie me tratara bien.

-Harry, por favor, suéltame. –Le dije sollozando. Mi voz sonaba débil y llorosa. 

Él suavizó su abrazo hasta que pude separarme de él. 

-Ve con Louis, Harry. Soluciona las cosas con él ahora que puedes, dile lo que ha pasado entre nosotros y no vuelvas a hablarme. No merece la pena que dejéis de hablar por mí. Ni siquiera me conoces lo suficiente y yo…yo…–Dije, no sabía ni qué decir, sólo quería que Louis y Harry fueran amigos y me odiaran de por vida porque me lo merecía.

No me atrevía a mirarle a la cara, nunca me sentiría bien conmigo misma después de esto. 

-Lane…-Le oí decir a Harry.
-No intentes buscarle una solución, esta vez no la hay, lo siento. –Contesté.
-¿Eso es lo que quieres? ¿Lo que quieres es que después de todo, esto se quede en nada? –Estaba susurrando, ni si quiera levantó la voz.

Me hizo dudar. Solo quería volver atrás en el tiempo y no haber destrozado una amistad.

-¿Qué es lo que quieres tú? –Le contesté. Harry  también importaba. 

Harry me sujetó la barbilla con la mano y me levantó la cabeza, de modo que ahora él me miraba fijamente.

-Lo que me haga sentir bien, y en este momento tú me haces sentir bien. –Dijo.

Se me debilitaron las rodillas en aquel momento, no sentía que fuera real, no podía creérmelo. Pero se sentía tan bien imaginar que Harry me quería.

Le abracé con fuerza y él me devolvió el abrazo.

-Esto está muy mal. –Le dije, intentando consolarme en aquel abrazo.
-Está fatal, pero ya lo solucionaremos.-Me contestó, apretándome fuerte contra él.

*****Lo siento, el gif no cargaba D:

martes, 5 de marzo de 2013

Capítulo Veintiocho. (CAPÍTULO CORTO)

¡hola!
Chicas os aviso de que la próxima vez que suba será la ULTIMA DE ESTA TEMPORADA :') Por cierto, he subido un capítulo corto, lo sé, pero quería subir porque hoy....ES EL CUMPLEAÑOS DE MARTA CAMISÓN!! LKSSFJSAFKHFJAH Y la voy a conocer el día 14 en el concierto de Justin sdlfkjdsjfhsjhfsdjgd MUCHISIMAS FELICIDADES PRECIOSA! Sweet sixteen *.*
 
***


‘’No sé qué me estás haciendo’’

De nuevo, Harry me había hecho entrar en shock. Levantó la mirada, frunciendo los labios y observó mi expresión. Necesitaba pensar en todo lo que me había pasado en la última hora. ¿Quería decir eso que le gustaba a Harry? ¿Podría él estar…enamorado de mí? ¿Lo haría porque tenía una especie de conspiración contra mí, en la que Sheila se veía involucrada? No tenía ni idea de qué pensar y me estaba matando porque me moría por poder hablar seriamente con Harry y aclararlo todo. Me moría por saber qué estaba pasando entre él, Louis y Sheila. Y en ese momento, por más que quisiera, no podía darle una respuesta.

-Harry…-Dije, con las palabras cerrándome la garganta. ‘’Venga Lane, díselo. Dile que te gusta, díselo’’. –Yo…

Él sonrió con amargura como si estuviera negándole que me gustaba. Levantó una mano y rozó suavemente mi mejilla, mirándome fijamente
.
-No te preocupes Lane, no es tu culpa. –Dijo. 

¡Cabezón! Quería decirle que su presencia me afectaba, que el simple hecho de pensar en él me distraía y él se pensaba que no era así. Me frustraba por que no había ninguna razón por la que él no pudiera gustarme.  

Solo podía hacer una cosa. Hacerlo a su modo, de la forma en que él lo hacía. Incliné la cabeza y miré sus labios. No tenía nada que perder. Mi cuerpo mecánicamente se acercó al suyo, y él supo exactamente lo que iba a hacer, por lo que pasó una mano por mi cintura pese a estar los dos sentados en el asiento del coche, y me acercó a él. Yo respiraba con fuerza, y apenas me había tocado. Pero el sonido de mi teléfono me hizo dar un salto y volver inmediatamente a mi asiento.
Miré a Harry por un momento, que puso los ojos en blanco y agarró el volante del coche con fuerza, apretando la mandíbula. Miré la pantalla y vi que era Lam, por lo que era importante.

-Lo siento. –Me disculpé. Él sonrió levemente como para quitarle importancia. – Es Liam, tengo que irme. Gracias por traerme.
-De nada. –Dijo él, mirándome una vez más. 

Salí del coche rápidamente y descolgué el teléfono mientras veía como Harry abandonaba mi calle en su Range Rover. 

-Hola Liam.
-Hola, Lane, ¿leíste mi mensaje? –Dijo con su habitual forma de hablar, solo que esta vez tenía voz de cansancio.
-Dios. –Dije, suspirando y tapándome la frente con la mano. –Lo siento, ha sido un día largo. –Cogí las llaves y entré en mi casa. –Pero dime, ¿qué tal está Elly?
-Pues… -Dijo, haciendo una pausa y cogiendo aire. –Estamos en el hospital, la están haciendo pruebas, la van a ingresar. 

                                                                            ***

Sonó la alarma del móvil. La apagué y me froté los ojos, no había dormido en toda la noche. Entre Liam y Harry me había pasado la noche pensando y me había impedido dormir. Me estiré en la cama y bostecé, y tras levantarme, vestirme y desayunar, opté por ir caminando a clase, ya que de todas formas aquel día tenía el primer examen de la autoescuela y pronto tendría mi coche propio.

En la noche me había dado cuenta de que el día anterior había herido a Harry. Le había dolido que no le dijera que me gustaba. Pero no podía decírselo aún. No sabía cómo mirarle a la cara sabiendo que le había hecho daño. 

De cualquier manera, ese día tampoco tenía tiempo para Harry, porque sabía que Liam iba a estar bastante peor. Y en ese momento, me preocupaba más Liam. De hecho, con Liam sí que tenía las cosas claras y me frustraba sentirme débil debido a no saber lo que sentía. Sólo quería ver a Liam y abrazarle y que él me dijera que todo iba a estar bien y yo le diera ánimos con lo de Elly, como en los viejos tiempos. Él siempre había sido mi salvación y por muchas personas que entraran en mi vida, siempre sería mi salvación.

Llegué allí y entré en el aula sin buscar a nadie, ya que tocaba matemáticas y además no quedaba mucho tiempo para que tocara el timbre. Como Elly no estaba, me senté en el sitio contiguo a Liam, para estar con él y poder preguntarle por Elly. Además sentía la necesidad de pasar tiempo con él.
Tocó el timbre y la gente comenzó a entrar en el aula. Yo miraba la puerta con ansia esperando ver a Liam. Cuando entró, tenía ojeras y la cara pálida. No miraba hacia delante, si no que miraba hacia el suelo. Sentí mucha pena por él.  Se sentó a mi lado y respiró hondo.

-Hola cielo. –Me dijo. 

Morí. ¿Después de todo lo que tenía encima me saludaba así?

-Hola Liam. –Contesté, dándole un abrazo. El me apretó fuerte y nos quedamos abrazados un rato. - ¿Qué tal están las cosas? –Le dije aún sin soltarle.

Liam me soltó y puso una mueca. 

-Tiene anemia. Sólo estará unos días más en el hospital, para llenarla los depósitos. –Contestó.
-Bueno, al menos no es tan grave como pensamos que sería. ¿Pasaste la noche allí? –Le pregunté.
-Pasé con ella toda la noche, no quería que estuviera sola. No he dormido nada, pero veo que no he sido el único. –Dijo, con media sonrisa.
-Ayer fue un día duro. –Le contesté con otra sonrisa. Y seguido, comencé a contarle todo lo que había pasado con Harry, con Sheila, con Louis, y cualquier detalle que me hubiera pasado.
-Averiguaste que le querías. –Dijo él.
-No sé si le quiero, sé que le…deseo. –En ese momento probablemente me puse roja como un tomate. – Lo que quiero saber es si él me quiere a mí.

                                                                          ***

Tras pasar prácticamente toda la mañana con Liam, nos reunimos con todos en la cafetería. Hacía mucho que no estaba con Niall y Zayn, y es que algo se habían estado trayendo entre manos. A parte de ellos, también estaban JJ e Izan con nosotros, y Dylan, por supuesto, así que sí, se habrían ido Harry, Louis y Sheila, pero al menos, teníamos a Dylan, Izan y JJ. Intenté consolarme, pero yo quería que Harry estuviera con nosotras y no con ellos. Y me sentí mal porque Louis me importaba, pero no tanto como Harry.

Nos sentamos en la mesa y pusimos nuestras comidas delante nuestro, como siempre. Liam aún tenía mala cara, por lo que fui yo quién le explicó al grupo lo de Elly. En ese momento me di cuenta de cómo apreciaban a Elly, la apreciaban tanto como yo, y eso me sacó una sonrisa.

-Pobrecilla. –Dijo Zayn. –Entonces, ¿cuándo decís que la vamos a visitar al hospital?

Todos reímos.

-Yo voy a ir hoy. –Dije. –Sí o sí, tengo examen en la autoescuela, pero después voy al hospital.
-Sería una buena idea. –Dijo Niall.
-¿Es la chica de los rizos? –Preguntó Izan. – Siempre me ayudaba cuando no me sabía la respuesta en clase, ¿podemos ir a visitarla nosotros?
-Claro. –Dijo Liam. –Que venga quién quiera, así es mejor para ella. Me da pena que ni Harry ni Louis vayan a venir. –Dijo, mirándome y poniendo una mueca.
-¿Qué les ha pasado? –Dijo JJ. –Antes ibais todos juntos.
-Lo voy a explicar. –Dije, preparada para contarles lo máximo posible. –Dylan hay algunas cosas que no sabes, ya te contaré la historia entera. –Dije, avisándole. Él asintió con la cabeza.
>>Bien, yo conocí a Sheila porque miraba a Louis con adoración, entonces, la dije que se uniera al grupo. Louis, un día me besó, y yo le dije que no podíamos estar juntos, y a partir de ahí empezó a juntarse con Sheila. Y Sheila, empezó a meterse conmigo por decirle que no a Louis, así que un día nos peleamos. A partir de ahí, ellos se fueron con Sheila para no dejarla sola, y no volvieron. Pero que Sheila ha convencido a Louis de algo está claro. 

-¿Y Harry? –Dijo Niall. –Harry no es así. No se deja influenciar.
-¿Y Louis sí? –Le contestó Zayn irónicamente. –Algo le ha tenido que pasar a Louis para dejarse comer la cabeza. Louis sí que no es así. Algo malo ha pasado. Sheila quiere  quedarse con Louis. ¿Pero qué hace Harry allí?
-Eso es lo que no sé. En realidad no sé muchas cosas.- Dije, con un nudo en la garganta. –Solo espero que se solucione porque mi intención no era que esto pasara. Mi intención era que Sheila me dejara tranquila.

Liam puso una mano en mi espalda, reconfortándome, porque él era el único que entendió el doble sentido de mis palabras. 

-¿Podemos dejar el tema un momento? –Dijo Zayn con amargura – Ayer a Niall y a mí se nos ocurrió un plan para provocar a Eithan. Íbamos a pedirle ayuda a Harry…Pero ahora lo veo difícil.
-¿Por eso ibais a lo James Bond por la vida? –Dije, intentando poner un poco de humor a la situación.

Él rió y asintió con la cabeza.

-Os explico: Mañana, es viernes. –Comenzó a decir.
-Gracias, Zayn. –Dijo Dylan irónicamente. –Sin duda nos has abierto un nuevo mundo de esperanza.

Empecé a reír descontroladamente. Zayn le dio un puñetazo a Dylan y se aclaró la garganta, mirándome para que parara de reír. Cuando paré, él continuó.

-Bueno, sigo. Mañana es viernes y el último día y quién vuelva a hacer un chiste muere. –Dijo avisándonos. Volvió a darme la risa, pero paré en cuanto Zayn me miró. – El plan es simple, pero efectivo. Mañana Lane pillará a Eithan a solas, desprevenido, y tienes que provocarle. –Dijo, mirándome a mi esta vez. – Cuando lo hagas, él te contestará porque es así de estúpido. –Todos asentimos con la cabeza.-Y en ese momento, tendrás que ir a un sitio con gente. Para que todos puedan verlo y no haya soborno que lo niegue. Y no te preocupes, estaremos cerca por si pasa cualquier cosa.
-Me parece bien. –Dije. –Tengo ganas de hacerlo.

Zayn comenzó a reír y todos nos revolucionamos, nos chocamos la mano y nos abrazamos con los que teníamos más cerca. En algunos momentos, Niall y Zayn me sorprendían.

domingo, 24 de febrero de 2013

Capítulo Veintisiete. (MINI MARATÓN)



-¡Lane! –Oí a Elly llamarme desde el final del pasillo.

Ya era la hora del descanso por lo que no tenía otro sitio al que ir, así que miré hacia atrás y vi a Elly a lo lejos. No tenía buena cara. Me acerqué a ella rápidamente y me fijé en su cara. Estaba muy pálida y tenía unas ojeras bastante marcadas. Parecía enferma.

-Elly… ¿Qué...? Dios mío. –No podía creérmelo. Yo sabía que ella estaba mal. ¡Lo sabía!
-¿Puedes acompañarme al baño? Solo puedo confiar en ti. –Me dijo.
-Por supuesto Elly. –La dije sin dudar.

Las dos nos dirigimos al baño. Yo sentí miedo por lo que pudiera contarme, porque era obvio que estaba enferma, y yo rezaba por qué no fuera algo extremadamente grave. A lo mejor solo necesitaba dormir, tenía cara de cansancio. Entramos al baño y Elly se apoyo en el lavabo con cansancio.

-¿Qué te pasa Elly? 

Ella levantó los ojos y me miró con una mueca. 

-No lo sé, he estado aguantando estos días porque pensé que se me pasaría, pero ha ido a peor. –Dijo, con tristeza.
-¿Te bajó el periodo?-La pregunté.

Ella negó con la cabeza.

-Vale, físicamente lo que te pasa es que no descansas bien, te sientes cansada, mareada y no te viene el periodo.-Fui contando síntomas.
-Sí, debería contárselo a Liam. –Comentó, mirándose los pies.
-Aleluya, por fin me haces caso.

Cerró los ojos con fuerza.

-Me estoy mareando. –Dijo, alarmada- Veo borroso.

Antes de que pudiera terminar la frase, corrí a su lado y la pasé un brazo por la cintura para que no se cayera al suelo. 

-Vale, tranquila, lo que vas a hacer es sentarte. –Poco a poco la ayudé a apoyarse contra una pared y a sentarse en el suelo. – Bien, mete la cabeza entre tus piernas, te hará sentir mejor.

Elly seguía con los ojos cerrados, pero me hizo caso. Yo me levanté y me mojé las manos en el lavabo para mojar la nuca y frente de Elly, y así, poder refrescarla y con suerte hacer que el mareo pasara.

-Elly, voy a buscar a Liam y esta vez no vas a negármelo. –La dije. Ella no hizo absolutamente nada, así que me levanté y salí por la puerta del baño.

Corrí por el pasillo lo más rápido que podía buscando a Liam por todos los lados. Me ponía nerviosa no poder encontrarle, por que Elly podía encontrarse peor o desmayarse.  Giré por una esquina y me choqué con alguien. Di un traspié hacia atrás pero no me caí al suelo.

-Perdón, Lane. –Dijo Harry.

Yo miré hacia arriba y le vi, mirándome fijamente con esa mirada tan extraña suya. También estaba Louis que me miraba impasible. Con cara de póker. ¿Dónde estaban sus chistes y su sonrisa? Para mayor desgracia, también estaba Sheila, y todo cuadró para mí. Harry, Louis y Sheila. De eso iba la cosa. Últimamente los tres se habían alejado…Y junto con Sheila y Louis…Harry había acabado cediendo de la misma forma. Sheila les había comido la cabeza. Fruncí el ceño con molestia y volví a mirar a Harry, porque en ese momento, lo que hicieran me importaba bien poco, yo tenía que ayudar a Elly.

-¿Habéis visto a Liam? –Dije, ignorando el comentario de Harry.
-Está en la biblioteca. –Me contestó Louis con sequedad.

‘’ ¿Qué coño te pasa, Louis? Ya no eres tú. ¿Dónde está tu sonrisa?’’ Esas palabras me las guardé, sin embargo le dedique una discreta mirada de decepción y seguí mi camino, corriendo por los pasillos de nuevo. Ya tendría tiempo de pensar en lo que acababa de ver, pero en ese momento lo más importante era la novia de mi mejor amigo, y por descontado, mi amiga también.
Entré en la biblioteca con rapidez, y lo más silenciosamente que pude encontré a Liam. Me senté rápidamente a su lado y él me miro extrañado.

-¿Qué pasa? –Susurró en voz baja para no molestar a nadie.
-Tienes que venir conmigo, es urgente. –Le susurré en el oído.

Él frunció el ceño y señaló los apuntes que estaba estudiando.

-¿Puede ser en un momento? Ahora estoy un poco ocupado.
Negué con la cabeza rápidamente.
-Es Elly, se encuentra mal, se ha  mareado. Tienes que venir. –Le dije.

La cara de Liam cambió, y tras tomarse unos segundos para comprender y asimilar lo que le había dicho, recogió sus cosas y se levantó de la silla.  Los dos fuimos, de nuevo, corriendo por los pasillos, hasta llegar al baño. Solo podía pensar en que no le pasara nada a Elly. Liam se adelantó a mí y abrió la puerta con brusquedad. Estaba realmente preocupado. Elly levantó ligeramente la cabeza, ya que aún seguía en el suelo, y abrió la boca en cuanto vio a Liam. Mi mejor amigo rápidamente se agachó a su lado y habló con ella, tranquilizándola. Elly apoyó la cabeza en el pecho de Liam, y él comenzó a acariciarla el pelo con suavidad. 

-¿Cómo te encuentras? –Le dijo Liam, mirándola directamente a los ojos.
-Voy a vomitar. –Informó Elly.

Liam, sin alarmarse, sujetó a Elly por la espalda, pasando un brazo por su cintura y con cuidado la llevó hasta el retrete. Elly se arrodilló, y Liam, con suavidad, recogió su pelo para que no se manchara. Se oyó una arcada, y el vómito vino justo después. Liam giró la cabeza para no verlo, y sus ojos se encontraron con los míos.

‘’Voy a llevármela a casa’’, Liam articuló la frase con los labios. ‘’Ve a avisar a la jefa de estudios’’.
Hice caso de lo que Liam me dijo y salí de aquel baño, una vez más.
                                                                             ***
En la entrada del instituto, vi como Liam ayudaba a Elly a subirse en su coche. Elly llevaba en las manos una de esas bolsas que se usan para el vómito. Liam la puso con mucho cuidado el cinturón de seguridad y la besó en el pelo, susurrándola algo que la hizo medio sonreír. Liam era, sin duda, el chico más dulce que había conocido en mi vida. 

-Hola, Lane. –Oí la conocida voz de Dylan.

Me di la vuelta y me encontré con Dylan, JJ e Izan.

-¿Qué le ha pasado a Elly? –Preguntó Dylan.
-Se ha puesto enferma, llevaba así unos días. –Le dije yo.
-Bueno, al menos ahora está en buenas manos. –Dijo. -¿Te vienes con nosotros?
-Pues sí, porque con Harry y Louis no podría ir. –Comenté, recordando lo que había visto unos minutos atrás.
-¿Ha pasado algo? –Dijo Izan, pasando el brazo por mis hombros de nuevo. - ¿Tengo que pegar a alguien? 

Reí y negué con la cabeza. Nos sentamos en una mesa de la cafetería mientras comíamos, y aproveché para explicarles que pensaba que Sheila, después de nuestra pelea, había estado comiéndoles la cabeza a Harry y Louis hasta hacerles creer que yo les estaba haciendo algo malo, y que les había alejado de mí a propósito. 

-Oh, se la ve buena persona a la Sheila esa. –Dijo Izan, entretenido en su comida. 

JJ, Dylan e Izan comenzaron a discutir el asunto. Sin embargo, yo pensaba en el momento en el que había visto a Harry. Liam me había dicho que tenía que aclararme, saber si estaba enamorada de Harry, y no podía sentirme de ninguna manera a gusto con él después de lo que había visto, era como una pequeña decepción, porque siempre había considerado a Harry lo bastante inteligente como para no dejar que le comieran la cabeza, y después de esto, no sabía  qué era lo que iba a hacer, porque no podíamos tener nada ahora que se había alejado del grupo. Suspiré y me centré en la conversación. 

-…Y ahora lo único que tenemos son patatas rancias. –Terminó su frase Izan, cogiendo una patata frita de su plato, mirándola con desprecio y luego metiéndosela en la boca.
-Yo creo que el problema es que han metido muchas comidas nuevas en el menú, y por eso ahora tienes menos presupuesto para comprar mejor comida. – Contestó JJ.
-Pues que la cocinen, por eso se llama ‘cafetería’,  y no ‘comedor de instituto cutre’. –Se quejó Izan.
Me reí por la forma en la que Izan se expresaba, me recordaba a Zayn. Hablando de Zayn…
-¿Alguien ha visto a los demás? Es como si estuvieran desaparecidos. –Pregunté.
-Antes he visto al moreno sexy y al chico mono rubio. –Informo Izan.
-Sí vamos, lo que vienen a ser Zayn y Niall. –Confirmé. - ¿Y qué hacían?
-No sé, parecían como agentes secretos, iban cuchicheando y mirando hacia todos los lados. 

Dylan me miró y se encogió de hombros sin saber. Vaya día llevaba. Estaba lleno de misterios y yo no me enteraba de nada. ¿En qué clase de lío se habían metido Niall y Zayn ahora? 

Narra HARRY.

Intenté alejarme un poco de Louis y Sheila a la hora de ir a la clase de física, a lo mejor así sería mejor. Yo no quería verme envuelto en sus problemas, si Louis quería dejarse llevar por Sheila, me parecía bien, pero eso no me incluía a mí. Yo no tenía por qué unirme a ellos. De hecho, tampoco me habían contado nada, por lo que tampoco querían que yo me uniera a ellos. Suspiré y entré en clase. Miré a mi sitio, Lane ya se encontraba en nuestro asiento compartido, y estaba sacando las cosas, me sentí extrañamente incómodo al recordar cómo había mirado antes a Louis. Al principio parecía sorprendida y después decepcionada, y lo que más me molestó, era que mí me había mirado igual. Yo no quería decepcionarla. De hecho, quería estar bien con ella. Me había sentido fatal en ese momento, y nunca pensé que pudiera querer la aprobación de Lane tanto como la quería en aquel  momento.

Narra LANE.

Entré en la clase de física y me senté en mi sitio. Por lo general, Harry llegaba más tarde que yo así que por unos minutos no tendría problema.  Cogí mi móvil intentando ser discreta y le mandé un mensaje a Liam para que me contara qué tal se encontraba Elly, ya que me había quedado realmente preocupada. Guardé el móvil y comencé a sacar mis cosas. Noté movimiento a mi lado así que supuse que Harry ya había llegado. No sabía que pensar, y en aquel momento tenía serias sospechas sobre él.

-Hola. –Dijo Harry con voz grave.
-Hola.- Le contesté sin mirarle. 

No quería volver a los problemas con él, así que me mantendría ligeramente alejada. Pero le veía de reojo y me daban ganas de tocarle. Y me confundía mucho aquel sentimiento. Sus rizos caían sobre sus ojos por lo que no podía verle bien, pero sus labios estaban entreabiertos, y eso me distraía, también. Quería no desconfiar de él. 

La clase comenzó. 

Harry giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. No me molesté en apartar la mirada, seguí mirándole como si eso pudiera decirme algo. Pero no tenía respuesta. Él abrió la boca, como si fuera a decirme algo, pero volvió a cerrarla y bajó la mirada, y eso es todo lo que obtuve. Me sentí muy, muy frustrada. Suspiré y aparté la mirada yo también.  Noté mi bolsillo vibrar, por lo que supuse que Liam había contestado a mi mensaje.  Cogí el móvil discretamente, aunque no pasé desapercibida, para mi desgracia.

-Lane. –Dijo la profesora. - ¿Le ha sonado a usted el móvil? ¿Tiene algún mensaje que atender?

Se la veía claramente enfadada y no iba a  tener la suerte de que me dejara en paz, ya que era una de sus peores alumnas. No podía hablar y se me acababa el tiempo, parpadeé rápidamente y bajé la mirada.

Noté cómo por debajo de la mesa una mano rozaba la mía, y me quitaba el móvil de las manos. 

-Perdón, era mío. –Dijo Harry, enseñando brevemente mi teléfono. –Se me olvidó ponerlo en silencio, lo siento.

La expresión de la profesora se suavizó visiblemente, ya que Harry, al contrario que yo, era un alumno brillante, y la profesora le tenía un cariño especial, de profesora, por supuesto.

-Que no se vuelva a repetir, Harry, aunque no te haga falta, deberías estar atento. –Contestó la profesora. Siguió explicando, y Harry me devolvió mi móvil.

Me miró de nuevo, y esta vez no pude aguantarle la mirada. ¿Por qué lo había hecho? No debería haberlo hecho. Alargué la mano y abrí la palma para que él pusiera mi móvil en ella, y fue exactamente lo que hizo.  Guardé el móvil sin haber leído el mensaje de Liam y presté atención de nuevo a la profesora. Debería estar agradecida, y sin embargo, estaba enfadada. Aunque probablemente estaba enfadada porque quería algo de Harry que no podía conseguir. O a lo mejor me daba rabia que la profesora tuviera preferencias con él. 

Cuando terminó la clase, la profesora se hubo ido, y los alumnos comenzaron a irse de la clase, me atreví a preguntárselo. Guardé las cosas en mi mochila y me puse de pie para mirarle. Él vio que le iba a hablar, y se levantó también.

-¿Qué pasa? –Me preguntó.
-¿Por qué has hecho eso? –Le dijo, cruzándome de brazos.

Arrugó la frente y entrecerró los ojos.

-Pensé que no te convenía meterte en líos en este momento. –Dijo él, cruzándose de brazos al igual que yo.
-No entiendo por qué. Parece que lo hubieras hecho porque sabías que no te dirían nada.
-Lo hice por ti. –Dijo bruscamente. 

Bajé la mirada debido a que sus palabras me impactaron.

-¿Estás bien? –Dijo él, acercándose lentamente a donde yo estaba.
-Sí Harry. –No, no estaba bien, quería saber que no te habías pasado al otro lado y que aún yo te interesaba, pero por supuesto no podía decírtelo. –Estoy perfectamente. 

Me di la vuelta bruscamente para coger mi mochila e irme, pero él no me dejó. Sujetó mi brazo y me obligó prácticamente a girarme. Bajó la mano por mi brazo hasta agarrarme la mano y se acercó a mí hasta pegar su frente a la mía.

-No soporto discutir contigo. –Susurró, casi rozándome los labios. 

Se me cerró la garganta y se me hizo difícil respirar. Harry anulaba mis sentidos y atontaba mi cabeza, y la forma en la que me trataba solo lo empeoraba. Sin embargo, no dio el paso, no me besó, simplemente se quedó con su frente pegada a la mía, y agarrándome la mano. Y me estaba volviendo loca.
-¿Vas a besarme? –Lo dije en  voz tan baja que no supe si me había oído.
Y me besó. Con la mano libre cubrió mi cara y abrió mis labios con los suyos para poder moverse sobre mi boca. Sin duda deseaba aquello. Cada beso de Harry era adictivo. Por algún motivo, puse una de mis manos en su pecho, notando su corazón que latía descontroladamente. Al menos no era el único en sufrir el efecto. Soltó mi mano y la pasó por mi cintura, apretándome contra él.
Me daba vueltas la cabeza. Ni siquiera me acordaba de qué era lo que había pasado.

-¿Estás enfadada conmigo? –Dijo con sus labios sobre los míos. Después, se separó para mirarme la cara.

Yo cerré los ojos y negué con la cabeza, totalmente aturdida. ‘No, no me hagas esto Harry, no puedo ni recordar en qué clase acabamos de estar’. Él, sonrió y me acarició la cara con el pulgar, para besarme una última vez antes de soltar mi cintura.
Lentamente dejé que me soltara, y poco a poco fui capaz de que mi cerebro funcionara en condiciones. Cogí mi mochila, y me la colgué al hombro. 

-Mierda. –Dije. Harry me miró con atención. –Liam no está.

Él se quedó pensativo y después entendió.

-¿Quieres que te lleve a casa? –Ofreció.

Probablemente no era la mejor idea, en ese momento tenía que aclarar mi mente en muchos sentidos,  y estar en un coche a solas con Harry solo me haría querer besarle. Dios mío, me moría por besarle de nuevo. ¿Qué me estaba pasando? Harry me lo hacía difícil a la hora de pensar con claridad. 

-No hace falta. –Dije, mirando como cogía su mochila y se la ponía en los hombros. –Mi casa no está tan lejos.
-Lane, no vas a ir sola a casa. –Dijo, mirándome con seriedad.

Caminé hasta salir de clase y me dirige a la salida. Sabía que Harry estaba detrás de mí, pero no podía explicarle que tenía que alejarme de él porque  no sabía si estaba enamorada de él y no sabía hasta que punto Sheila le había comido la cabeza. 

-Sube al coche. –Dijo, poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja. Después, se agachó hasta poner sus labios sobre mi oído y susurró lentamente. –Por favor.

Me dio un escalofrío. ‘’Harry Edward Styles, te odio mucho en este momento, y con mucho, me refiero a MUCHO’’. Cogí aire y lo solté en un lento y profundo suspiro. No tenía nada de autocontrol.

-Está bien. –Accedí.
-Gracias. –Dijo. –No quiero que vayas sola.

Negué con la cabeza y le seguí hasta el coche. No entendía nada de lo que había pasado aquel día, todo había sido una locura. Me monté en el coche y me puse el cinturón. Harry hizo lo mismo y comenzó a conducir. Intentaba por todos los medios no mirarle, porque quería convencerme a mí misma de que tenía el autocontrol de no soltar mi cinturón de seguridad y lanzarme a su cuello en cualquier momento. Sin embargo, sentía que le debía una disculpa.

-Siento haberte hablado borde. –Susurré. –No estaba de muy buen humor.

Bueno, eso no era del todo mentira. Al menos estaba siendo en parte sincera.
Harry me miró de reojo y negó con la cabeza.

-Bueno, yo hoy no estoy de humor para que estés cabreada conmigo. –Dijo suavemente. –Así que no te disculpes.
-¿Por qué estás siendo suave conmigo? –Le dije sin pensar. 

Él estuvo un momento en silencio, pensando en la respuesta, pero sin quitar la mirada de la carretera en ningún momento. 

-Porque quiero caerte bien. –Dijo.

No me esperaba esa respuesta para nada. La mente de Harry parecía haber dado un vuelco. Y yo sentía cosquillas por todo el cuerpo, en reacción a sus palabras. No podía creérmelo.

-Pero…Ya me caes bien. –Afirmé.
-Estás distante conmigo. No puedo soportar eso. –Se sinceró. –No quiero que lo estés.

Cerré la boca esta vez. No podía hablar y no sabía que decirle.

-¿Qué te ha pasado, Harry? Antes no me hablabas así. –Le dije cuando aparcó enfrente de mi casa. 

-Lo sé. –Dijo, mientras yo me quitaba el cinturón de seguridad. –No sé qué me estás haciendo.